El apocalipsis lácteo
El tambero Fabio Schneider reclamó “un subsidio extraordinario, por cuatro meses, de un 60% sobre el litro de leche” y “la suspensión del cobro del Impuesto Inmobiliario y de las cuotas crediticias de toda índole” para los productores afectados por la seca. Danilo Lima
Las últimas lluvias trajeron algo de alivio –muy poco, en rigor de verdad– a los atribulados productores agropecuarios entrerrianos que padecen en el alma –y en el bolsillo– las consecuencias nefastas de una sequía demoledora. Los tamberos son, en este marco, uno de los más perjudicados con pérdidas aún no cuantificadas, pero que llevarán mucho tiempo atenuar.
Fabio Schneider, productor de Colonia Merou, departamento Paraná, habla de “apocalipsis lácteo” al referirse a los estragos en el sector productivo causados por la falta de precipitaciones, principalmente en la lechería donde se perdió el cultivo de forrajes dedicado a reservas.
Schneider, tambero desde siempre, y ahora también un asiduo usuario de las redes sociales, dejó algunas de sus impresiones sobre la realidad de los establecimientos productores de leche.
El apocalipsis lácteo que padecen los productores, tanto pequeños como grandes y medianos, según su mirada, está formado por “la deuda ya irrecuperable de los cultivos perdidos, la venta de animales forzada por la falta de pasturas, alimentos, y, en ciertos casos, agua potable” a lo que se suma “el costo en aumento de los balanceados que subirán aún más debido a la pérdida de cultivos”.
Para sobreponerse a los daños de este combo devastador, de acuerdo con la estimación de Schneider, al productor le insumirá “dos años, en el mejor de los casos, para recuperarse y restablecer la producción”, mientras expresó su esperanza de que por este desastre “no desaparezcan más tambos junto a sus familias y mano de obra”.
Reclamos
Schneider, ante esta situación de emergencia, solicitó “de manera extraordinaria un subsidio por cuatro meses de un 60% sobre el litro de leche” sobre la base de los datos del Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea) y demás controles.
“Lamentablemente esto es innegociable debido a la gravedad de la situación. Se suma a esto la necesidad de la suspensión del cobro del Impuesto Inmobiliario y de las cuotas crediticias de toda índole para los productores afectados”, reclamó.
Schneider, asimismo, espera que a esta medida se le sumen “acciones y voluntades” a mediano y largo plazo “para salir del estancamiento de producción de los últimos 25 años”. En este lapso, recordó, “no sólo se estancó la producción sino que se concentró en grandes explotaciones debido a la desaparición de pequeños y medianos productores carentes totalmente de representación dentro del interés político-económico del país”.
El tambero de Colonia Merou acompañó estas reflexiones con videos en donde se observa el estado calamitoso de los maíces de la zona, implantados en lotes cuya tierra está absolutamente seca, que impedirán la confección de reservas para el año próximo.
También difundió imágenes de animales muy debilitados que bajan en busca de agua a arroyos que están secos. Mostró, concretamente, una vaca que, según explicó, “debió haber ido al frigorífico pero por su muy buena genética y las buenas crías que ha dado uno trata de aguantarla porque una vaca para que entre en producción necesita tres años”.
“Esta es la realidad que les toca vivir hoy a los productores en Entre Ríos y que desconocen muchos funcionarios y dirigentes”, reflexionó Schneider, al tiempo que se quejó de “los gobiernos ineptos que no han hecho nada por la lechería y por la falta de políticas claras para la producción lechera”.
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