El susto pasó, el alerta continúa
Funcionarios y productores destacaron que el rápido accionar conjunto del Gobierno provincial, el Senasa y los avicultores permitió dominar el brote en Racedo. La actual situación sanitaria es buena, pero igualmente es necesario reforzar las medidas de bioseguridad en las granjas. Se advirtió, además, sobre los riesgos que la eventual propagación de la enfermedad podría generar en materia productiva, económica y social. Danilo Lima
La detección del primer caso positivo de influenza aviar en Entre Ríos por parte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) generó pánico en la cadena avícola, y, como era de prever, encendió todas las luces de alarma.
El foco de la temible enfermedad –producido en una granja de Racedo–, por suerte, fue rápidamente controlado gracias al trabajo conjunto del sector público y privado, según coincidieron en destacar funcionarios y productores.
Estado de situación
El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, definió a la actual situación sanitaria, en líneas generales, como “buena” dado que el foco fue “erradicado en tiempo récord” con el sacrificio de las aves enfermas en la granja en que se detectó el caso positivo.
El funcionario precisó que además de las aves se eliminó “toda la producción de huevos e incluso la cama de pollo” como ordena el protocolo internacional de la Organización Mundial de la Salud Animal, que lleva adelante el Senasa en conjunto con todas las instituciones públicas y privadas relacionadas con el sector.
Explicó, asimismo, que el segundo paso fue “monitorear y muestrear las casi 60 granjas que están dentro del perímetro de 10 kilómetros alrededor de la granja positiva”, y, a medida que los exámenes fueron dando negativo, “se trabajó en un listado de urgencias” de las granjas.
Así, entonces, en las casi 60 granjas que están dentro del radio de 10 kilómetros, se planificó, junto con el sector privado, el grado de urgencia que tenían de sacar mercadería, tanto huevos como aves que pudieran ir a faena o a reproducción.
Sobre la base de este plan, agregó Amavet, “se van muestreando las granjas y a medida que van dando negativo, se autoriza la salida” de mercadería.
Vale recordar, en este sentido, que las muestras negativas duran 10 días, y a los 10 días hay que repetirlas si es que la granja necesita volver a sacar producción.
– ¿Qué se debe hacer para que no se repitan los casos positivos?
– Nada lo asegura, pero los productores, sin ninguna duda, deben reforzar todas las medidas de bioseguridad dentro de las granjas. Impedir la entrada de cualquier ave dentro de la granja, reforzar el lavado de vehículos a la entrada y la salida, y prohibir el ingreso de personal que no tiene que estar dentro de las granjas, entre otras medidas. Aumentar las normas de bioseguridad disminuye la posibilidad de entrada del virus.
Y, también, continuar con lo que se está haciendo, es decir que todo lo que se mueve dentro del perímetro haya dado resultados negativos.
Por eso, ante el pedido de las autoridades sanitarias, dispusimos que en los límites del radio de 10 kilómetros, la Policía de Entre Ríos supervise que cada transporte con productos avícolas tenga la documentación exigida, sobre todo los resultados negativos.
También, como lo establece el protocolo, verificamos que todo el personal que actuó y toda la maquinaria que se utilizó hayan sidos desinfectados.
Elogios al operativo
Desde el sector privado, en tanto, el presidente de la Asociación Civil Crespo Capital de la Avicultura, Luis Niderhaus, ponderó el operativo instrumentado tras la detección del caso positivo de gripe aviar y lo calificó como positivo. “Fue muy bien coordinado, con una muy buena actuación y responsabilidad del productor afectado, así que lo vemos como algo positivo dentro de la tragedia que significa esa enfermedad para el productor”, remarcó, y alabó el “muy buen accionar del Senasa en conjunto con el sector privado”.
Niderhaus, asimismo, consideró que el sector “ha tomado más recaudos de los que ya venía adoptando y hoy la situación está controlada, no se han detectado nuevos casos”.
Tras subrayar que dentro del perímetro de los 10 kilómetros, los resultados de los testeos han sido negativos, el productor valoró que se haya priorizado que la actividad no perdiera económicamente dentro de la zona afectada. “El domingo pasado, cuando se empezó el sacrificio de las aves, en forma simultánea comenzaron los testeos, y ya el lunes una parte de los productores dentro de los 10 kilómetros podía sacar su producción y comercializarla”.
Esta circunstancia, a juicio de Niderhaus, “habla del compromiso de todos para agilizar los testeos, el sacrificio, y tratar de erradicar el foco. Hasta el momento no hay ninguna granja con síntomas, todos los testeos fueron negativos, así que estamos bien”.
Respecto de la posibilidad de que se produzcan nuevos casos, el presidente de la entidad crespense dijo que “eso no se puede saber porque, digamos, depende de distintas circunstancias. Es una pregunta muy difícil de contestar, ojalá no ocurra, y tenemos que llevar tranquilidad al sector, porque en la parte económica está pasando un buen momento, con fuertes inversiones”.
Los potenciales riesgos
Mientras, Mariela Gallinger, la presidente de la Filial Crespo de la Federación Agraria Argentina (FAA), advirtió sobre los perjuicios productivos, económicos y sociales que la influenza aviar podría ocasionar en la zona ante una eventual propagación de la enfermedad. “La verdad es que la aparición de la gripe aviar no fue ni querida ni esperada por todas las consecuencias que podría provocar”, señaló, porque en Crespo y toda la zona “un alto porcentaje de la actividad gira alrededor de la producción avícola, tanto de pollos como de huevos, de infraestructura, insumos, transporte, faena, la fabricación de alimentos, el insumo de las pollitas bebés, las crianzas, los empleados”.
“Vamos a seguir trabajando para que no sucedan nuevos casos”, remarcó, y consideró que el episodio de Racedo “nos dio un norte a los productores, las cámaras, las empresas, el Gobierno y el Senasa para estar preparados”.
“Ojalá el de Racedo sea el único caso en Entre Ríos porque realmente el trabajo que se está haciendo en materia de bioseguridad es muy fuerte y muy consciente, y es por eso que esperamos y anhelamos que no aparezca otro brote”, se esperanzó la presidente de la FAA Crespo.
Gallinger, por último, recordó que en Crespo “todos vivimos de la avicultura” y sobre la base de esta actividad económica “tenemos proyectos de vida, de familia, y, la verdad, tener que pasar por lo que pasó este productor duele en el alma, justamente porque hay muchos proyectos de familia que se ven en la nada misma de un día para el otro. Eso nos deja con una marcada preocupación y dolor al mismo tiempo”.
Nota publicada en El Diario
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