Con las manos atadas
El gran desafío, señaló la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), es seguir produciendo “en un momento que lleva casi al límite nuestra capacidad de trabajar”. La entidad cuestionó las embestidas contra operadores del Mercado de Cañuelas, y expresó su preocupación por la falta de combustibles e insumos. Danilo Lima
La Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer) sostuvo que “las marchas y contramarchas” de las últimas horas en relación a la posibilidad o no de exportar carne “es otra maniobra lindante con la amenaza para que el mercado ganadero no opere con libertad”.
La críticas de las rurales entrerrianas tienen que ver con las recientes embestidas contra los operadores ganaderos del Mercado Agroganadero de Cañuelas para “disfrazar el precios real” de la hacienda en pie y que no impacte en el índice de inflación. “Son acciones con el sello del amedrentamiento que ya es marca registrada en los últimos años”, cuestionó Farer a través de una serie de flyers dada a conocer en las últimas horas.
A esto, además, se suma, por un lado, la falta de combustibles que genera demoras en el trabajo rural, y provoca enormes retrasos y pérdidas económicas a los productores, y, por el otro, la carencia de insumos. Este desabastecimiento, asimismo, fomenta la especulación y el sobreprecio y afecta los costos de producción y los márgenes de rentabilidad. Todo esto se da luego del castigo de tres años consecutivos de sequía, remarcaron desde la entidad que preside el gualeguaychuense José Colombatto.
El escenario se complica aún más “·sin reglas caras y con incertidumbre en qué soluciones proponen quienes serán nuestros próximos gobernantes, con una economía sin rumbo, intervenida, con precios pisados y sin diviosas”.
Farer, por último, consideró que deben tomarse con urgencia “medidas concretas” por parte del Gobierno, y reclamó que “no amarren más nuestra capacidad de sacar adelante el país con más y mejor producción”.
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