Desafíos y oportunidades de la producción ovina
El productor busca ganar terreno y consolidar su cadena de comercialización. En Entre Ríos, uno de los referentes del sector, Matías Márquez, propietario de la cabaña Don Alberto, de Irazusta, y vicepresidente de la Asociación de Criadores de Hampshire Down, explicó la situación actual de la actividad, sus desafíos y los proyectos en marcha para fortalecer el mercado. Código Campo
Si bien la cría de ovejas es una actividad tradicional en muchas provincias –Entre Ríos, entre ellas– la comercialización de carne ovina sigue siendo un obstáculo. “Históricamente ha sido complicado vender carne ovina de manera formal en la provincia”, explicó Márquez durante una entrevista con CÓDIGO CAMPO radio. Según su visión, nunca hubo un empresario o un grupo que impulsara seriamente la actividad, lo que ha llevado a que la venta se mantenga en circuitos informales, como el consumo en fiestas y reuniones familiares.
No obstante, desde la Asociación de Criadores de Hampshire Down están trabajando en la certificación de la marca para poder comercializar carne ovina en grandes mercados y eventos como la Exposición Rural de Palermo. “No es fácil, pero si se cumplen los requisitos, se puede lograr”, aseguró.
La falta de incentivos y el rol del Estado
El Gobierno nacional recortó recientemente los fondos destinados a la producción ovina, lo que generó posturas encontradas en el sector. Para Márquez, la clave no pasa por los subsidios, sino por facilitar el desarrollo de la actividad sin tantas trabas burocráticas. “Si una actividad necesita estar subsidiada todo el tiempo, significa que no funciona por sí sola. Lo que necesitamos es que nos saquen la pata de encima en términos impositivos y regulatorios”, afirmó.
A nivel provincial y municipal, sí existen programas de promoción y algunas salas de faena habilitadas, aunque no en la cantidad suficiente para transformar el sector en una industria competitiva.
Precios y consumo
En cuanto al valor de la carne ovina, Márquez explicó que su precio suele moverse en función de la carne vacuna. “Cuando la carne de vaca sube, la ovina la acompaña un poco, porque el consumidor busca alternativas”, detalló. Sin embargo, la producción enfrenta costos elevados y la sequía ha complicado aún más la situación de los productores.
El consumo de carne ovina en Argentina aún es bajo en comparación con otras proteínas. “La oveja siempre se vio como un complemento en los campos, para el consumo familiar más que como una industria sólida como el cerdo o el pollo”, señaló Márquez. No obstante, considera que la exportación podría ser la clave para expandir la actividad: “En otros países hay mucha más cultura de consumo de carne ovina, pero acá cuesta reunir la cantidad suficiente para abastecer el mercado externo”.
Proyectos y futuro de la raza
Desde la Asociación de Criadores de Hampshire Down están trabajando en fortalecer la raza y fomentar su difusión. Este año, comenzarán con un curso de jurados en abril, en colaboración con la Asociación de Hampshire Down del Reino Unido, lo que permitirá formar especialistas con reconocimiento internacional. Además, recibirán representantes de asociaciones de Paraguay, Brasil, Uruguay y Colombia, lo que refuerza la integración del sector a nivel regional.
A pesar de los desafíos, Márquez y otros productores siguen apostando por el crecimiento de la actividad ovina en Argentina. “Nuestra esperanza es que la producción crezca y se consolide. Hay muchas oportunidades si se trabaja de manera organizada”, concluyó.
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