Islas del Ibicuy, una tierra de producción amigable con el ambiente

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Forestación, ganadería, apicultura y nuez pecán son las principales producciones de Islas del Ibicuy, el departamento más sureño de Entre Ríos, con una extensión de 450.000 hectáreas.

Islas del Ibicuy, en general, y Villa Paranacito –la ciudad cabecera–, en particular, son zonas netamente hidrográficas, surcadas por alrededor de cien cursos de agua.

Esas características propician determinadas producciones. Todas son “absolutamente amigables con el medio ambiente” y “forman parte de los servicios ecosistémicos del humedal”, le dijo a CÓDIGO CAMPO Hugo Benavídez, el responsable de la Agencia de Extensión Rural (AER) Villa Paranacito del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), durante el tour productivo que organizó la Asociación Entrerriana de Periodistas Agropecuarios (AEPA).

En este escenario, “la forestación, con el efecto beneficioso para la atmósfera, y la ganadería bovina –unas 240.000 cabezas–, de la mano de planteos familiares que posibilitan una atención permanente de los rodeos”, aparecen como las dos producciones más tradicionales del departamento, agregó Benavídez.

En los últimos 20 años, además, cobró relevancia la producción de nuez pecán con “una interesante superficie implantada” aunque “todavía falta generar más mano de obra a través del agregado de valor”, explicó el profesional.

La apicultura, asimismo, tiene un desarrollo importante. “Hay más de 60 apiarios que suman 8.000 colmenas. La miel y demás productos de las colmenas, al estar alejados de posibles fuentes de contaminación, poseen una calidad tal que se paga más en beneficio del apicultor local que puede cobrar un plus por esa actividad”, añadió Benavídez.

La ganadería ovina, una pequeña producción frutícola de agricultores familiares –para el abastecimiento local y de cercanía–, una incipiente producción de búfalos y la explotación de turba subtropical se añaden a la lista. Agricultura extensiva no hay en el departamento y sólo se hace algo de maíz para forraje. Pesca, turismo y extracción de arena completan el panorama de la economía isleña.

La turba subtropical

Conocida desde hace mucho tiempo como resaca de río, la turba subtropical es la acumulación de restos vegetales poco descompuestos. Es usada en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como componente de sustratos para plantas. “Son restos de diferentes floras nativas, herbáceas, que se van depositando en los lechos de los arroyos, de gran valor a nivel viverista”, explicó Benavídez, y precisó que “en el mundo existen sólo ocho yacimientos o sitios de extracción de turba subtropical y la zona de Villa Paranacito es uno de ellos”.

La cuestión social

Alrededor del 65% de los brazos productivos del departamento Islas del Ibicuy pertenece a la ganadería familiar. “Esto quiere decir que el padre y la madre gestionan la empresa”, destacó Benavídez, y eso “le genera un desarrollo al territorio que, tal vez, en otros lugares no vaya quedando”.

“Para nosotros es sumamente importante trabajar sobre esta cuestión porque hace a la extensión agropecuaria. La demanda hacia INTA es más rápida y a nosotros, como organismo, nos da la posibilidad de llegar más rápidamente a ese público”, añadió.

Humedales e incendios

Al analizar dos temas polémicos, el cuidado de los humedales y los incendios, Benavídez fijó su posición. “Me parece que no todos los endicamientos y terraplenados son iguales. Hemos recorrido –durante este tour productivo– establecimientos familiares, de cuarta generación de isleños, en donde se trabaja muy amigablemente con el ambiente y se han realizado algunas mejoras en los predios. Hemos visto enaltados en sus campos que les permiten una mayor producción y eso redunda en mayor empleo local”, señaló.

Con relación a los incendios, el profesional del INTA Paranacito comentó que “hay un trabajo que hemos realizado con la Universidad de San Martín en donde se ve claramente la baja cantidad de incendios que hemos tenido en nuestro sector en 2021 y 2020. Y esto es así por el control social que existe cuando el territorio es ocupado por el productor que vive en el lugar”.

Muchas veces, enfatizó Benavídez, los incendios en los campos de islas “tienen que ver con un exceso” de materia orgánica. “Hay quienes sostienen que si hay incendios es porque sobra pasto, y, si sobra pasto, es porque faltan vacas; trabajemos, entonces, sobre eso”. Tecnológicamente, propuso, “podríamos aportar a cargas instantáneas altas para bajar el impacto del exceso de pastizales”.

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