El Gobierno se preocupa por el troceo, pero descuida la asignación de matrículas
Por Leonardo Rafael (*)
En el marco de la presentación del Plan Ganadero 2030, el Ministerio de Agricultura anunció que para noviembre de este año el sistema de comercialización de media res será reemplazado por el troceo. La normativa contempla la obligación de trozar la media res, para que la venta de carne con destino al comercio minorista sea en trozos de hasta 32 kilos.
Con respecto a esta medida ya hemos dejado en claro nuestra postura: entendemos que deberá implementarse, y que representará un alivio para los operarios que cada día descargan las medias reses en las carnicerías.
También planteamos nuestras dudas sobre esta iniciativa. Muchos frigoríficos no se encuentran adaptados y cuando empiece a aplicarse, habrá un incremento en los costos, tanto por logística, como por el transporte y los insumos. Creemos que, al menos, en el corto plazo no será viable, por cuanto introduce una profundización en el doble estándar sanitario al fijar plazos diferentes de adecuación.
Pero más allá de este análisis y mientras el Gobierno insiste en esta legislación –hecha a medida de los frigoríficos exportadores– se descuidan aspectos sensibles para nuestra actividad, como es el caso de la asignación de matrículas. Todas las miradas están sobre nuestra cadena de valor, que cumple a rajatabla con sus obligaciones e incluso se hace cargo de absorber los costos impositivos de una gran candad de carnicerías, que son un auténtico agujero negro. Ante esto, las autoridades eligen mirar para otro lado.
Los matarifes y abastecedores hemos ordenado la actividad y nuestros números, pero desde la Dirección de Control Comercial Agropecuario cada día nos exigen requisitos que no podemos cumplir. Pero los controles no son iguales para todos y los operadores informales alquilan sus matrículas, para evadir sus obligaciones impositivas. Así, es imposible que los mercados tengan un funcionamiento normal.
Esta falta de respuestas de las autoridades empezó a tener un impacto directo. Los operadores del negocio trabajan con márgenes al límite y se hace complejo sostener la actividad, situación que se refleja en una menor candad de matarifes operando. Según estadísticas de nuestra cámara, en el primer trimestre del año, las matrículas de usuarios activas fuero 2.840, mientras que en el mismo período de 2021 eran 3.003.
Es hora de que los “Planes Ganaderos” del Ministerio de Agricultura dejen de lado los discursos grandilocuentes y empiecen a brindar herramientas a quienes cada día llevan la carne a la mesa de los argentinos, generan trabajo y cumplen con todas sus obligaciones.
(*) Presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya)
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