Federación Agraria: 109 años luchando para lograr el desarrollo rural, por una Argentina mejor
Por Carlos Achetoni (*)
Este 15 de agosto, nuestra querida entidad cumple 109 años de vida. Más de un siglo de lucha, protagonizada por hombres y mujeres que, desde sus campos, en el interior productivo de nuestro país, han defendido sus ideales y han peleado para subsistir. Y ello pese a enormes y diversos embates, en algunos momentos realizados por privados, y otros por funcionarios nacionales o provinciales que, contrariamente a lo que debieran haber hecho, que es defenderlos para garantizar su prosperidad, los atacaron.
Como entidad, se trata de una historia que nos enorgullece. Porque siempre, y pese a los altibajos que hemos tenido, logramos seguir adelante, enarbolando nuestras banderas y sin resignar nuestros principios. Hemos sido capaces de sobrellevar crisis económicas como productores, sequías, inundaciones y todo tipo de inclemencia climáticas, pero también como organización, pudimos continuar y renacer, en base al esfuerzo y al compromiso militante, que nos embandera a lo largo y ancho del país, convencidos de que nuestro camino es el correcto.
Hoy, como en 1912, seguimos peleando sin darnos por vencidos ante las adversidades. Tratando de que los poderosos nos escuchen y respeten nuestros derechos. Proponiendo políticas que nos comprendan, que nos atiendan y que nos abran posibilidades para seguir desarrollándonos en los pueblos. Porque tanto quienes trabajan y viven en la Pampa gringa, como quienes venimos de las economías regionales, somos productores familiares que buscamos poder prosperar en base a nuestro trabajo, sin que nos pisen ni nos cercenen, y sin que nos regalen nada. Sólo queremos poder hacer lo que sabemos, que es trabajar la tierra, criar nuestros animales, producir alimentos, prosperar en los pueblos a los que muchas veces llegaron nuestros abuelos, donde vivieron nuestros padres y donde anhelamos que puedan continuar nuestros hijos.
Para ello, necesitamos políticas que contengan. Que interpreten las diferencias que tenemos. Que puedan valorar el potencial que tenemos, no sólo en cuanto a la producción de alimentos, la generación de divisas, el agregado de valor o la generación de empleo, sino también al cuidado del ambiente, al respeto y al amor por la tierra, y el compromiso socioculturar con nuestros lugares de origen. Porque cada vez que cae un federado, que es un
pequeño o mediano productor, se pierde eso. La representación de todo un modo de vida que, estamos convencidos, debe preservarse, sostenerse y multiplicarse, para lograr el desarrollo integral y sostenible de nuestro país.
Por el contrario, en los últimos años nos han castigado, nos desoyen, nos destratan y eligen beneficiar a otros actores, que suelen ser quienes nos desplazan de nuestros campos y nos apartan de ese futuro con el que soñamos.
Desde que asumí mi rol como presidente de Federación Agraria Argentina, que para mí es un enorme orgullo, he tratado de gestionar, pedir y dialogar con todos los funcionarios, legisladores, integrantes de partidos políticos y otras organizaciones de la sociedad civil, a nivel nacional e internacional, de presentar nuestras propuestas, para hacer estos sueños realidad. Llevo las iniciativas, así como también las necesidades y los logros, de todos los federados, a todos los ámbitos posibles, no sólo porque es el rol que debo cumplir, sino porque estoy fervientemente convencido de que lo que decimos es real. Que podemos desarrollarnos mucho más, con que nos den algunas oportunidades; con que nos quiten el pie de encima, todos los federados queremos seguir generando arraigo, produciendo en nuestros campos y sembrando futuro. Como hicieron los pioneros de Alcorta, que pudieron organizarse luego de la huelga, comprendiendo que más allá de la lucha y del acto de alzarse contra las condiciones opresivas en las que estaban, necesitaban estar juntos para desarrollarse y hacer realidad la Argentina con la que soñaban.
Hoy, FAA sigue siendo testimonio de aquel legado, y estando presentes en todo el país, sin bajar los brazos, juntos y coordinados, debemos seguir trabajando y luchando, por los sueños inconclusos, por el futuro que queremos y por la Argentina que todos anhelamos para nuestros nietos. Los invito a que continuemos dando esta batalla, firmes en nuestros reclamos y gritando fuerte nuestras propuestas, para hacer realidad ese sueño con el que nuestros pioneros fundaron a nuestra Federación Agraria Argentina, que es el mismo que nos sigue movilizando para participar, pertenecer y ser parte de esta querida entidad. Un abrazo federado y ¡muchas felicidades!
(*) Productor frutícola, mendocino, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA)
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