Una obra de títeres renueva la polémica por las pulverizaciones
Se trata de “Merceditas y el maestro, la historia de una escuela fumigada”, de Hugo Peruzzo, titiritero de Gualeguaychú. Desde el Copaer criticaron la obra porque su contenido “no es veraz sino distorsionado y descalificativo” y criticaron que sea presentada en las escuelas. Danilo Lima
Una obra de títeres encendió de nuevo la polémica y retomó el debate sobre las pulverizaciones, uno de los temas vinculados a la producción agropecuaria más difíciles de abordar en la necesaria búsqueda de un justo medio.
La obra en cuestión –que se ha representado en escuelas de la provincia– se llama “Merceditas y el maestro, la historia de una escuela fumigada” y es autoría del docente y titiritero Hugo Peruzzo.
El argumento de la obra, según relata Peruzzo en sus redes sociales, es el siguiente:
Los hechos transcurren en una escuela rural allí vive su maestro y asisten sus alumnxs Merceditas (la abeja) y Negrito (el murciélago).
Rodeada por un hermoso jardín y frondosos árboles se puede decir que en la escuela cada jornada era más linda que la anterior.
Pero un día todo cambió… el poderoso Sr. Campito (dueño de todito) comienza a cortar los árboles y flores del lugar para sembrar una poderosa semilla y así hacer un gran negocio a costa de que se deba esparcir sobre la tierra un veneno muy tóxico para que sus plantitas crezcan grandiosas, tarea esta que realiza el siniestro Mosquito Fumigador.
Y ya nada fue igual, no sólo el maestro y Merceditas enfermaron también lo fueron las flores, el naranjo del patio y el inocente murciélago negro se ve en la necesidad de conseguir comida como sea y de un nuevo lugar para vivir.
El poderoso Sr. Campito piensa también que la escuela y su maestro son obstáculos para sus negocios y decide desplegar sus artimañas para que no estén más ahí.
Ante esta tragedia el maestro no se da por vencido y decide resistir con la ayuda de una viejita Chamana y de alguna manera hacer justicia, recuperar el bienestar y los días felices.
Reacción
El Colegio de Profesionales de la Agronomía de Entre Ríos (Copaer), ante la inquietud de un matriculado cuyos hijos asisten a una escuela del departamento Uruguay donde se representó la obra, analizaron el tema y expresaron su preocupación por “el contenido distorsionado” de la misma.
Carina Gallegos, la presidente del Copaer, en diálogo con CÓDIGO CAMPO radio (Costa Paraná, 88.1, los sábados de 8 a 9) señaló que el contenido de la obra “es muy preocupante” porque “no es veraz sino distorsionado, y, a su vez, en cierto modo, es descalificativo por los nombres que han utilizado para presentar a los personajes”.
Para Gallegos, además, “es reprochable” que este tipo de contenidos se den “dentro del ámbito del Consejo General de Educación”, y, por esa razón, “hemos decidido solicitarle una reunión al presidente del CGE a fin de dialogar al respecto”.
La titular del Copaer, además, dijo que cuando “se trata de obras que tienden a la educación nosotros lo celebramos, lo felicitamos y lo acompañamos”, pero, advirtió, “de ninguna manera podemos hacer la vista gorda y dejar pasar instancias de descalificación”.
Y fue más lejos: “Este tipo de acciones dentro del ámbito escolar lo único que logra es fomentar la división y la discriminación de unos contra otros, porque a las escuelas van hijos de productores, de aplicadores, de ingenieros agrónomos, de enfermeras, de jefes comunales y de policías”.
Aclaró, no obstante, que la representación de esta obra “en cualquier otro lugar que no fuera una escuela no sería reprochable”, al tiempo que comentó que “los padres de los alumnos desconocían el contenido de la obra, se enteraron después”.
Ante esta situación, Gallegos explicó que “queremos acceder al Consejo General de Educación para tener información de primera mano” porque hasta ahora “sabemos que la obra es de un titiritero de Gualeguaychú, convocado por Agmer, por lo que evidentemente hubo una venia de una directora y de una supervisora para que la obra se dé en una escuela”.
Las miradas sobre el tema de las prácticas agrícolas “pueden ser disímiles y críticas, y eso nos hace crecer, pero lo que no podemos tolerar es la descalificación, la falta de información y el sesgo de obras que las posicionan como pedagógicas cuando no los son. Estamos abiertos al diálogo y a todo tipo de manifestación criteriosa en disidencia con las prácticas habituales, pero siempre en un marco de respeto y construcción colectiva”, cerró Gallegos.
El objetivo de la obra, según Peruzzo
Peruzzo, por su parte, se expresó a través de sus redes sociales y desde allí señaló que se trata de una obra que “intenta ser un granito de arena más contra la problemática de los agrotóxicos y las escuelas fumigadas e intenta ser un disparador para que podamos hablar de salud, de modelos económicos, de luchas ambientales de soberanía alimentaria, en definitiva de derechos humanos”.
“Como educador y artista creo profundamente en el teatro de títeres como una herramienta de transformación social porque esa ha sido su riqueza desde tiempos inmemoriales, en ese sentido esta obra es una comedia, una ficción que cuenta una tragedia”, enfatizó.
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