Reniero, durísimo con Cristina: "Ha perdido la vergüenza"
El titular de la Sociedad Rural de Chajarí dijo que la Vicepresidente también perdió la memoria, la ética y el sentido común, y le pidió que acepte lo que la Justicia decida. “No tenemos odio sino dolor”, aclaró, y remarcó que “la impotencia, la humillación y el agotamiento de la clase media, devenida a clase un cuarto, ocupa todo el espacio”. Danilo Lima
Los reclamos del campo durante el acto de inauguración de la 38ª Exposición de la Sociedad Rural de Chajarí fueron, como ha sucedido en cada una de las muestras realizadas en Entre Ríos, los mismos de siempre: eliminación de las retenciones, reforma tributaria, fin de los cupos a las exportaciones, los caminos rurales, la necesidad de trabajar en educación, y el respeto a la Justicia y a la Constitución Nacional, entre varios más. “Pero nadie quiere ponerle el cascabel al gato”, remarcó Héctor Reniero, el presidente de la Sociedad Rural de Chajarí.
El ruralista chajariense, al hablar desde la tribuna de la pista Chacho Gil, pidió controlar a los políticos y fue extremadamente duro con la vicepresidente Cristina Kirchner, a quien le solicitó “deje de hacer teatro callejero porque no va mucha gente a verla”.
“Tenemos que terminar con los malos políticos porque arrastran y ponen en la misa bolsa a los que quieren hacer algo por el país. Debemos estar siempre atentos y controlarlos porque no puede ser que luego de asumir (los políticos) se olviden del pueblo y hagan lo que se les antoja para, en algunos casos, engordar sus patrimonios”, cuestionó, y advirtió que para conseguir ese objetivo “hay que involucrarse y participar”.
“No debemos dejar solos a los políticos porque cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”, agregó ante los aplausos del público
Duro con Cristina
Un hipercrítico Reniero centró sus cuestionamientos en la Vicepresidente de la Nación porque, a su juicio, “no perdió únicamente la vergüenza sino también la memoria, la ética, el sentido común y la manera de hacerle creer a una parte de sus seguidores que lo que ella dice es verdad y hay que hacerlo, como la mejor representante de una dictadura”.
“Señora, quédese tranquila, la sociedad ya la juzgó”, añadió, y, no sin ironía, le pidió que “deje de hacer teatro callejero porque no va mucha gente a verla. Acepte lo que la Justicia decida y no amenace a los que trabajan investigando para hacer justicia con aquellos que cometieron graves delitos”.
Sobre ricos y pobres
Reniero, en otro orden, opinó que “no necesitamos quitarle al rico para darle al pobre, sino enseñarle al pobre a generar riqueza. Y no engañarlo 30 años con ideas absurdas de vivir mantenido. Hay que combatir el hambre y la ignorancia, porque el hambre se vende y la ignorancia se equivoca”.
“Llora por nosotros, Argentina”
El presidente de la rural chajariense, seguidamente, se permitió modificar la famosa frase “No llores por mí, Argentina”, atribuida a Evita, y pidió “Llora por nosotros, Argentina”, porque “necesitamos creer que aún hay esperanzas de recuperar nuestra Patria”.
“¿Dónde te llevaron, Argentina? ¿Cuándo nos robaron nuestros sueños e ilusiones?”, se preguntó, y aseguró que “nos robaron todo, hasta nuestros hijos, hermanos, nietos, de quienes sólo nos queda el calor del último abrazo cuando se marcharon buscando nuevos y mejores horizontes”.
Reniero, además, enfatizó que “no tenemos lugar para el odio, no lo sentimos, y nadie puede obligarnos a sentir odio al leer un diario, escuchar radio o mirar un noticiero. Señor Presidente y Señora Vicepresidente: el dolor lo ocupa todo. La impotencia, la humillación, y el agotamiento de la clase media devenida a clase un cuarto ocupa todo el espacio”.
El ruralista, finalmente, se dirigió a los jóvenes y los instó “a trabajar, a ser buenas y solidarias personas, y a estudiar” porque “mientras existan maestros de pie no habrá pueblos de rodillas”. Y abogó por una educación que “enseñe a pensar y no a obedecer, porque el pensar diferente no es un delito sino un derecho, y, a veces, un gran privilegio”.
“Llora por nosotros, Argentina, porque a nosotros no nos quedan lágrimas y quizás tus lágrimas se conviertan en ríos caudalosos que se lleven la corrupción que hoy nos asfixia”, cerró Reniero.
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