María Robotti, y el delantal para cocinar y luchar
Por Andrea Sarnari (*)
María puede ser un nombre común, pero en la Federación Agraria no lo es. María Robotti representa un símbolo de lucha, huelga y grito, pues fue una pieza fundamental en nuestro nacimiento como entidad, en 1912.
La historia federada ha tenido y tiene muchas Marías, que tantas veces fueron invisibilizadas, pero que tantas otras fueron reconocidas.
La ruralidad también tiene muchas Marías, esas que todos los días realizan los trabajos de cuidado doméstico, las que hacen la huerta, las que cuidan los animales, las que ordeñan la lechera. Esas Marías que también se han ido poniendo al frente de la chacra, de la finca, de la empresa familiar. Esas Marías que manejan un tractor, una cosechadora de última tecnología o que van al banco y a la cooperativa a gestionar la administración.
La Federación Agraria tiene muchas Marías que fueron ganando espacio, reconocimiento, valorización en la vida institucional. Ellas han puesto el cuerpo, la vida, el trabajo y la pasión por la igualdad de derechos y oportunidades.
Esas luchas que, de manera colectiva, hombres y mujeres han dado y han permitido construir los espacios de dignidad, de reconocimiento, y, fundamentalmente, de visibilización de la impronta femenina en los ámbitos de producción y de gestión institucional.
La mujer en la ruralidad tiene hoy una responsabilidad y un rol central y protagónico. Las épocas de crisis, de necesidades y de resistencia, necesitan de ese pilar inquebrantable y espíritu de fortaleza y lucha que caracteriza a la mujer rural.
Entre todas esas Marías, estamos nosotras, las federadas de hoy: en el campo, en las filiales, en los Grupos de Mujeres, en los Centros de Juventud, en las Cooperativas, en la Federación Agraria.
Acá estamos y seguiremos, escuchándonos, construyendo y peleando por la dignidad de la familia agraria.
(*) Secretaria gremial de la Federación Agraria Argentina (FAA)
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