Un grito para vencer la desesperanza y que reaccione la política argentina
Por Sociedad Rural Argentina - Distrito Entre Ríos
Por tercer año consecutivo nuestra provincia, así como una vasta zona productiva del pais, atraviesa una situación climática crítica y desesperante. La peor sequía que se recuerde en más de 100 años está devastando los cultivos y provocando una gran mortandad de animales por la falta de agua.
Ninguna de las medidas anunciadas por los gobiernos hasta hoy alcanzan y están a la altura de las circunstancias, y tampoco consideran las profundas consecuencias que la seca ocasionará en otros eslabones económicos y sus implicancias sociales.
Los esforzados y ya escasos recursos que año a año los productores arriesgan en soledad para continuar produciendo alimentos se están evaporando ante una mirada descriptiva, inefectiva y pasiva de la política argentina.
Los indicadores actuales y las perspectivas futuras en Entre Ríos son escalofriantes.
El 96% del maíz se encuentra en estado regular/malo y hasta la fecha se proyecta una caída del 46% en su producción (420.000 hectáreas sembradas). El 51% de la soja actual presenta una condición de regular/mala y no se sembrarían 212.000 hectáreas de las planificadas para esta campaña.
La ganadería presenta pérdidas del 40% del estado corporal de su stock vacuno y preñeces en caída que impactarán en la oferta de carne futura, además de la desertificación de las pasturas y el consumo total de las reservas antes del invierno, todo esto mientras la mortandad de animales continúa.
La lechería exterioriza una caída del 30% de su producción, junto a un aumento estrepitoso de sus costos como consecuencia del dólar soja.
Y ahora, en los últimos días, se suman los incendios naturales que se multiplican de forma descontrolada en diversos puntos de la provincia.
El déficit hídrico ya superó el 80% y las temperaturas extremas baten récords históricos. Y podríamos continuar largamente.
El productor agropecuario se enfrenta a este infierno climático sin ningún resto, la seca ya lleva tres años consecutivos y las políticas nacionales y provinciales de las últimas décadas se han encargado sobradamente de quitarle cualquier tipo de capacidad económica, financiera y productiva para hacerle frente. Todo lo que el campo generosamente genera y derrama ya no estará. Por eso decimos que en esta seca histórica todos pierden, pierde el productor sus animales y sus cultivos, pierde el Estado el ingreso de dólares y finalmente perderá la población por el encarecimiento de los alimentos producto de una menor oferta.
Es el momento de que la política restituya al productor lo que durante años injustamente le viene quitando, es el momento de que el oficialismo impulse medidas de gobierno que hagan al fondo de la coyuntura y a la supervivencia productiva (eximiciones impositivas provinciales y nacionales, refinanciación de pasivos, líneas de créditos blandas con períodos de gracia, quita/eliminación de retenciones, unificación del tipo de cambio, libertad para comercializar sus productos, entre otras) y es el momento de que la oposición dé el debate en voz alta, presente claramente sus propuestas y preste su voluntad para modificar la angustiante realidad por el bien de nuestra provincia y del país.
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