La lechería, en crisis terminal
Los tamberos argentinos son los que menos plata reciben por su producción si se hace una comparación con sus pares de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. “Las dos puntas de la cadena son las más perjudicadas”, remarcó en Gualeguay el especialista Norberto Ferrari. Los precios, subrayó, vienen muy atrasados. Código Campo
Si se considera la región integrada por nuestro país, Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay y se tiene como referencia el dólar, el tambero argentino “es el que menos recibe por la leche y el consumidor el que más cara la paga”, dijo Norberto Ferrari, integrante de la Mesa de Lechería de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), al participar de la reunión mensual del Consejo Directivo de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), realizada en Gualeguay
En ese marco, Ferrari señaló que “hoy se da una paradoja muy grande en la lechería. Tomando la región integrada por nuestro país, Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay y teniendo como referencia el dólar, el productor argentino es el que menos recibe por la leche y el consumidor el que más cara la paga. Es increíble, pero es así, las dos puntas de la cadena son las más perjudicadas”.
“Existe una enorme distorsión en la cadena. El litro de leche se paga a los productores entre 64 y 66 pesos y llega a la mesa a 200 y 250 pesos. Indudablemente hay eslabones que terminan encareciendo el producto y a ello debemos agregar el Estado que también suma y mucho a través de los impuestos para inflar el precio final”.
Para Ferrari, “resulta necesario ordenar la cadena, la comercialización, generar mercado y, sobre todo, que no haya una posición dominante de un eslabón sobre otro como ocurre con la industria y el productor en la actualidad. La industria fija el precio de la leche y está pagando a 30 días en el mejor de los casos. La variable de ajuste de la industria es el productor porque es el único costo que puede decidir, ya que, con la mano de obra, la energía y los impuestos no puede hacer nada. Al productor no le queda más remedio que aceptar un precio que se fija sin tener en cuenta su estructura de costos. Esto no puede seguir eternamente de esa manera”.
Por último, Ferrari remarcó que “el precio de la leche viene muy atrasado. En los últimos meses se había logrado que se fuera incrementando el precio pagado a los productores al ritmo de la inflación. Pero eso ya no ocurrió el mes pasado. Es importante saber que el productor tambero viene trabajando a pérdida hace más de un año. Y si bien la sequía agravó el panorama por la falta de pasturas y granos caros –y aún más después de medidas como el dólar soja– la situación venía mal desde hace mucho. No hay política lechera y eso repercute en la cantidad de tambos que desaparecen o se reconvierten a otras actividades. Hace muy poco se anunciaron medidas tanto del Gobierno nacional como del provincial para aliviar esta realidad, pero aún no ha llegado nada al productor. Pero más allá de eso, ese no es el camino. No queremos ayuda, queremos reglas claras y una cadena ordenada. Eso es lo que va a potenciar a la lechería que viene en franco retroceso en Entre Ríos y en la Argentina”, finalizó.
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