Pequeños y medianos ganaderos, al borde de la desaparición
Por Comisión de Ganadería de la FAA (*)
La ganadería es una actividad fundamental en el entramado social de los pueblos del interior. No sólo por la mano de obra que emplea de manera directa, sino también por la indirecta, y por todas las actividades que están vinculadas a ella.
En ese escenario, y en un entorno signado por una durísima sequía que viene castigando a gran parte del interior productivo, y por un Estado que no toma medidas reales para apoyarlos (o directamente aplica políticas que los complican aún más) muchos pequeños y medianos productores ganaderos atravesamos una situación gravísima, que nos pone en riesgo de desaparecer.
Y si se cae un ganadero, no vuelve a la actividad, por lo que implica rearmarse del stock de animales y por la infraestructura que se requiere para hacerlo. Así que mientras la lógica indica que como país deberíamos estar viendo cómo sostenerlos para que no se caigan, asistimos a un momento en el que se hace todo lo contrario. Se aplican medidas que nos estrangulan más.
Vamos por partes. La sequía castigó duramente a la producción ganadera, al extremo que muchos productores se han visto forzados a malvender sus animales. Esto como consecuencia de la falta de pasturas y de alimento para los animales hoy y con la previsión de que, por la misma sequía, tampoco habrá pasturas para sobrellevar el invierno que se acerca. Inclusive, aun lloviendo, esto no se solucionaría en el corto plazo. De hecho, el poco alimento que hay está tan caro, que se torna inaccesible para los pequeños y medianos productores.
Las entidades hace meses remarcan el grave impacto de la sequía. Y piden medidas para sobrellevarlas. Pero estos pedidos no fueron atendidos por un gobierno nacional que parece sordo. Es más, todas las medidas que anunciaron nos complicaron más. Por un lado, aplicaron el dólar soja que encareció el alimento hasta niveles inalcanzables para nosotros. Por otro lado, hicieron anuncios de subsidios para feedloteros que quedó en eso: un anuncio que no se implementó y que, de hacerlo, sólo beneficiaría a los esos actores y a los productores grandes que tienen capacidad para trasladar a sus animales. Los productores de FAA no contamos con esa posibilidad, y, de hecho, el estado de los animales está tan deteriorado que no podríamos trasladarlos.
Mucho se habló del precio de la carne. Si bien el precio al productor se recompuso algo en el último tiempo, esto no compensó todo lo que se había perdido, por lo que continúa devaluado y no alcanza para fomentar la ganadería. Seguir sosteniendo las medidas de restricción de exportaciones en la carne no tiene ningún impacto en el consumo interno y sólo perjudica nuestra imagen en el mundo, nos complica en la relación con otros mercados y no da resultados reales a nivel interno.
Como se ve, no es una sola causa sino muchas las que hoy nos permiten hablar de la grave crisis de la ganadería y la tremenda, preocupante y alarmante inacción del Gobierno nacional. Porque en el país de la carne, estos parches, tardíos y mal hechos, y estos errores, no alcanzan para que podamos seguir produciendo, y nos llevan inexorablemente a la desaparición si no se revierten.
Por todo esto reiteramos nuestro urgente pedido de ayudas directas al productor, asistencia en alimento puesto en campo y apertura de los mercados de nuestra carne.
(*) Federación Agraria Argentina
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