La seca no se fue
En el norte, como en otros lugares de Entre Ríos, el panorama sigue siendo muy complicado, tanto para la ganadería como para la agricultura. Diego Santos, especialista en soja del INTA Paraná, recorrió la zona de Estacas y trazó un cuadro de situación. Danilo Lima
La sequía fue devastadora en Entre Ríos y dejó pérdidas millonarias en agricultura, ganadería y economías regionales, que golpearon duramente a los productores.
Las lluvias que se registraron tras el pulso seco del verano, sin embargo, fueron irregulares y en no pocas zonas insuficientes, tal el caso del norte entrerriano, en donde los productores siguen esperando precipitaciones abundantes para, por lo menos, poder mirar el futuro inmediato con algo de optimismo.
El ingeniero agrónomo Diego Santos, especialista en soja de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Paraná del INTA, y su colega Rodrigo López, también técnico del INTA, recorrieron la zona de Estación Estacas, sobre la ruta 1, en el departamento La Paz.
Allí, en un campo mixto del productor Fernando Guzmán, el INTA lleva adelante un ensayo, en el marco de la Red de Evaluación de Cultivares de Soja (Recso). La oleaginosa, en el lote destinado al ensayo, “está llegando a sus fines en madurez y está muy golpeada por la sequía”, le dijo Santos a CÓDIGO CAMPO, “pero gracias al manejo de Fernando vamos a poder ir a cosecharla la semana que viene”. Se trata de un lote que venía de un sorgo, así que descansó durante el invierno pasado.
Pero lo que más sorprendió a Santos fue el estado de los potreros que rodean esa parte del campo destinada a la agricultura, en donde se hace ganadería de cría. “Me impactó que estuvieran peor que en enero, cuando ya estaban muy golpeados, pero todavía había algo de verde, había algo de pasto cortito”, remarcó el profesional.
En marzo, agregó, “vinieron algunas lluvias por lo que pensaba que debían estar un poco mejor, pero no, están peor, es impresionante el peladal”.
Hay que recordar, en este sentido, que la ganadería de cría en el norte entrerriano se maneja sobre recursos naturales, es decir campo natural sin monte, monte o una combinación de ambos –campo natural con algo de monte ralo–. “Esas tres situaciones están muy golpeadas”, subrayó.
Santos, asimismo, observó que “la gran mayoría de las especies de pasto que habitan esas zonas naturales son primavero-estivales, o sea, son pastos de verano, no hay pastos de invierno. Estamos, en consecuencia, en el peor de los escenarios, porque si estos pastos de verano están fundidos, no han rebrotado, listo… En invierno no viene casi nada de pasto natural, entonces habrá que esperar las lluvias de primavera para empezar a ver un poco de verde”.
Una luz de esperanza
En otros campos de la zona, como en el de la familia López, por ejemplo, han movido un poco el suelo e hicieron una avena y un poco de alfalfa que recién están naciendo.
Para los productores que han podido hacer esto, estimó Santos, “hay una luz de esperanza” porque “podrán, no todavía pero sí dentro de un mes o un mes y medio, contar con algo de comida. Pero esos productores son los menos”.
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