De eso no se habla
Más del 70% de la producción agropecuaria se realiza en campos alquilados y quienes verdaderamente trabajan la tierra son inquilinos eternos. El uso y tenencia de la tierra, sin embargo, es un tema ausente en los debates sobre el campo. ¿Se puede superar este problema? ¿Es viable una reforma agraria? Danilo Lima
La producción agropecuaria en Entre Ríos y gran parte del país, en sus más diversas actividades, se desarrolla en campos alquilados. Las estimaciones indican que un 70% de los productores, más o menos, no es dueño de la tierra que trabaja.
El uso y tenencia de la tierra, ante este escenario, es un debate que debe darse, pero son muy pocos los que hablan de este tema, ciertamente, muy espinoso, muy polémico.
El valor de los arrendamientos es altísimo y los productores sin tierra tienen en el alquiler un componente muy fuerte en su estructura de costos. En el caso de los agricultores familiares, obviamente, se trata de una cuestión crucial.
Pablo Benetti, técnico de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Safci), considera que “deben generarse condiciones para poder avanzar en un proceso de reforma agraria, o en un proceso de entrega de tierras, de compra de tierras estatales y entrega de esas tierras a quienes quieran trabajarla”, y, en este sentido, propone ofrecer a los productores un crédito del tipo Procrear, un “Procrear Chacra”, con tasa subsidiada para poder comprar la tierra.
“Creo que es importante generar políticas que vayan directamente hacia la agricultura familiar y que faciliten el acceso a la tierra propia. Eso ayudaría mucho para aumentar la producción, que es una de las patas por las cuales se podría bajar los precios de los alimentos”, argumentó.
Benetti, asimismo, entiende posible avanzar en una reforma agraria o en un proceso de acceso a la tierra porque hay disponibilidad de terrenos fiscales. “Nosotros venimos peleando hace ya un tiempo la posibilidad de acceder a tres hectáreas en la zona de La Colonia 3 y 14, 20 hectáreas en la zona de Yeso, 115 hectáreas en la zona de Santa Elena, que son tierras fiscales que hoy están sin usar, ociosas”, señaló.
Hay escuelas abandonadas en la provincia que han cerrado por la deserción, por el desarraigo, por el éxodo de familias que se han ido a las ciudades, que “se podrían usar tranquilamente para poder generar polos de producción local. Hasta ahora no lo hemos podido lograr, pero creemos que hay que generar condiciones para que eso avance”, agregó.
Benetti también propone recrear el Consejo Agrario Nacional, que distribuyó tierras en todo el país, “para crear nuevas colonias, eso es factible”.
Desalambrar
Roberto Solano, dirigente de la Federación Nacional Campesina (FNC) en la provincia de Buenos Aires y presidente de la Asociación de Medieros y Afines (Asoma), es más radical y directamente propone “desalambrar”.
“Nosotros, como Federación, lo que planteamos es que haya una regularización de los alquileres, una regularización del acceso a la tierra, porque hoy con los altos costos, con todo dolarizado, se hace imposible comprar una hectárea de tierra”, explicó.
El Estado, añadió el dirigente, “tiene muchas tierras (municipales, provinciales y nacionales) que están sin usar, y, en muchos casos, usurpadas por los grandes terratenientes para plantar soja. Entonces lo que planteamos es que también se ponga en mano de las organizaciones, de los pequeños productores, esas tierras que están ociosas”.
Solano, en este sentido, fue más lejos: “Creo que no alcanza solamente con las tierras ociosas que tiene el Estado. Tenemos que ir, como se decía antes, a desalambrar” porque “no puede ser que en la Argentina haya pequeños productores sufriendo cuando hay una gran concentración de la tierra en pocas manos”.
Nota publicada en El Diario
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