La disputa sin fin
La pelea entre los productores entrerrianos y los responsables del Senasa por la forma de luchar contra la brucelosis está cada vez más caliente. Unos y otros, en los últimos días, reafirmaron sus posiciones y hasta elevaron el tono de sus declaraciones. La posibilidad de llegar a un acuerdo que supere las diferencias, al menos por ahora, parece imposible. Danilo Lima
La pelea entre los productores entrerrianos y los funcionarios del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) por la forma de luchar contra la brucelosis parece no tener fin, al menos por el momento, y, en consecuencia, la posibilidad de alcanzar siquiera un acuerdo mínimo está cada vez más lejos. Unos y otros no sólo no se mueven de sus posiciones sino que, por el contrario, las refuerzan.
El último miércoles, en Villa Elisa, se realizó una nueva asamblea (foto) en la que los productores –como había sucedido unos días antes en María Grande– dieron mandato a sus representantes para seguir defendiendo el plan entrerriano, elaborado y aprobado en el seno de la Comisión Provincial de Sanidad Animal (Coprosa), que es rechazado por el Senasa, organismo que se mantiene firme con el suyo.
Cabe recordar, en este sentido, que el Senasa, a través de la Resolución 77/2021, de febrero último, modificó el plazo para el cumplimiento de la Determinación Obligatoria del Estatus Sanitario (DOES), el punto central de su plan, de acuerdo al estrato productivo. Para aquellos establecimientos que tienen más de 300 vacas el plazo venció el 31 de julio, mientras que los productores con 300 vacas o menos tienen tiempo hasta el 30 de noviembre próximo.
Altos costos y dudas sobre los resultados finales son, básicamente, las razones que esgrimen los productores entrerrianos para rechazar el plan nacional.
“Creemos que tendremos resultados más efectivos con nuestro plan superador. La enfermedad no se combate con resoluciones, se combate en el campo y con el consentimiento de los productores, si no lo único que hacemos es dibujar papeles”, ha dicho y reiterado Claudio Álvarez Daneri, el presidente de la Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa (Fucofa), la institución que está al frente de las luchas sanitarias en Entre Ríos.
El dirigente ruralista dijo que el acatamiento a la resolución del Senasa “es casi nula” entre los productores de más de 300 cabezas, mientras que la mayoría de quienes concurrieron a las asambleas de María Grande y Villa Elisa “cuentan con rodeos de menos de 300 animales”.
Es gente que “está a favor de ser lo más eficiente posible y de erradicar la brucelosis, pero no a un costo tan oneroso” como el que pretende el Senasa. Quiere, asimismo, que el trabajo “sea hecho a través de la Coprosa” y que sea la Provincia quien impulse el plan de los productores entrerrianos que “es mucho más efectivo que lo que propone el Senasa”, subrayó Álvarez Daneri.
Reacción
Esta fuerte resistencia de los productores entrerrianos no cae nada bien en el organismo nacional que, el jueves, emitió un comunicado en donde remarca que “como autoridad veterinaria oficial en la Argentina es el único que puede establecer planes sanitarios oficiales”.
Esta cuestión, sin embargo, es ciertamente discutible dado que el artículo 121 de la Constitución Nacional señala que “las provincias conservan todo el poder no delegado” por la Carta Magna “al Gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación”, por lo que la Provincia es la que debe actuar como policía sanitaria.
No obstante, el Centro Regional Entre Ríos del Senasa recordó que, como autoridad veterinaria, el organismo nacional “es la única instancia que puede otorgar certificados oficiales de establecimiento negativo o establecimiento libre de brucelosis bovina, zonas o territorios libres y situación sanitaria del país”.
La certificación oficial del Senasa, agrega, “es la única válida para el transporte, comercio y consumo interno y es la única aceptada por las autoridades veterinarias de terceros países al momento de la exportación de productos animales y por los organismos internacionales como la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE)”.
La DOES, recordó el organismo, es “un requisito oficial obligatorio en todo el territorio nacional para establecimientos que tienen las categorías vaca, vaquillona y toro, ya sea realizada de manera total (permite certificación oficial de predio libre) o sea realizada a través de un muestreo (alternativa más accesible permitida por Senasa para certificación oficial de predio negativo)”.
Y, en un párrafo que algunos pueden interpretar como una amenaza, el Senasa advierte que “los productores que no realicen la DOES, en esta primera instancia quedarán excluidos del destino China, dada la exigencia de ese destino que debe ser certificada por Senasa como autoridad veterinaria”, mientras en la próxima etapa “los productores que no realicen la DOES obligatoria no podrán mover animales hasta tanto la realicen”.
“Miente”
En Villa Elisa, el dirigente federado Jorge Ruiz, integrante de la Fucofa, en tanto, no dudó en afirmar que el Senasa “miente cuando dice que de no aplicarse su plan no se podrá exportar a China”, y, en este sentido, explicó que países como Uruguay “tienen un plan similar al que proponemos y exportan a China sin ningún tipo de inconvenientes”.
“También miente cuando afirma de que se trata de un tema político, dado que en 2018 ya nos opusimos al plan”, agregó Ruiz al refutar lo expresado por el Senasa hace unos días cuando a través de un comunicado de prensa sugirió que el rechazo entrerriano obedecía a una motivación ideológica.
Ruiz fue aún más lejos al asegurar que si el Senasa quiere “hacer una fábrica de certificados libres de brucelosis para, supuestamente, exportar a China, lo puede llegar a conseguir, pero de ninguna manera va a bajar los índices de prevalencia” de la enfermedad.
Y agregó: “El problema pasa por si vamos a gastar plata para bajar los índices de prevalencia o para hacer certificados. Si los veterinarios fueran a sangrar el 100% de los establecimientos, y se hicieran los análisis como corresponde y un trabajo para eliminar los positivos de cada uno de los campos, en una de esas podríamos trabajar juntos, pero tenemos ejemplos prácticos como el de Santa Fe que tuvo 15 años con programa similar al que plantea Senasa ahora, y un índice de prevalencia superior al de Entre Ríos, quedando más que claro que ese no es el camino correcto”.
Mandato
Los productores, en definitiva, durante las asambleas de María Grande y Villa Elisa dieron mandato a sus representantes para seguir defendiendo el plan aprobado en diciembre de 2020 por la Coprosa, por lo que la disputa con el Senasa quedó más lejos de terminar.
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