Basta de una Dirección de Vialidad que atrasa, no hace y no se ocupa
Por Comisión de Producción e Infraestructura de la UCR de Entre Ríos
Hace unos días, los entrerrianos hemos tenido la lamentable y trágica noticia del accidente y fallecimiento de un productor agropecuario de Don Cristóbal. Más allá de alguna posible negligencia, no podemos soslayar el papel que evidentemente jugó el mal estado de esa calzada denominada de “Los Bayona”, cuya única responsable es la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) que, desde hace muchos años no se ocupa de lo mínimo e indispensable como conservar adecuadamente los caminos, los puentes, las alcantarillas, las calzadas, los cruces de arroyos, las cañadas y los desagües, entre otros.
La DPV cuenta con un abultado presupuesto, del cual poco se destina a su fin determinado, y que no es acumular empleados administrativos, cuya planta se encuentra sobredimensionada, y con lo cual se restan recursos para su función específica. Tampoco se ejecuta todo el presupuesto que anualmente se le asigna. Eso, en cualquier idioma, se llama incapacidad en el desempeño de las funciones por parte de sus responsables.
Esta Comisión viene anunciando, desde hace mucho tiempo, que pese a la extensa sequía que afectó durante tres años a la provincia, la DPV no utilizó ese factor climático favorable para que se pudieran dar los tratamientos, consolidaciones adecuadas y, sin contratiempos a rutas, caminos secundarios y terciarios, a la limpieza y corrección de los desagües, dejándolos en óptimas condiciones para afrontar estos periodos de lluvias que seguramente se avecinan. No hay dudas de que la ausencia de previsibilidad, la falta de estrategia, la displicencia, son algunos de los calificativos negativos que le calzan a la perfección a esta repartición.
La ruralidad entrerriana no sólo se ve acongojada con este desgraciado hecho, sino que ve frustrado su futuro, porque sin una adecuada transitabilidad, sumándose a ello la conectividad, y otros servicios esenciales, como es el eléctrico, el educativo, la salud, la seguridad, entre otros; el pequeño y mediado productor no tiene otro destino que no sea abandonar sus tierras en búsqueda de otros destinos, que seguramente hasta pueden ser peores que el de la producción rural, y para la cual se preparó durante la vida.
No queremos que ningún vecino rural más, ni usuarios de nuestros caminos, sufran un accidente por negligencia del Gobierno, y menos que pierdan su vida. Queremos los productores en el campo, y en las condiciones que corresponde, con los servicios elementales en óptimas condiciones.
En muchas ocasiones nos hemos pronunciando sobre la desidia y abandono en la que está inmersa la Dirección Provincial de Vialidad, que atrasa, que no se ocupa, que no resuelve y que no hace. La inacción y actual situación inoperativa, y hasta inexistente de Vialidad Provincial, debe ser superada, y no solo en el próximo Gobierno que se instale en diciembre de este año, sino por este mismo Gobierno que, en casi ocho años, poco o nada hizo por las rutas y los caminos de tierra en la provincia. Aún tiene unos meses de gestión, y en los mismos se puede encarar lo más elemental: una política de mejoramiento sustancial en los caminos de la provincia.
Dejen la siesta para cuando ya no sean más gobierno. Asuman la responsabilidad que les compete.
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