Ruta Provincial 20: entre la promesa y el abandono
Por Sociedad Rural Villaguay
El grado de deterioro y abandono de nuestra ruta provincial 20, en el trayecto de Lucas Sud, ha llegado a niveles nunca antes visto. Al igual que la indignación y la bronca de la gente que habita y la que produce en todo el distrito Lucas.
Nuestra RP20, que supo ser un ripio ejemplar hace veinte y pico años, donde se podía transitar incluso bajo un diluvio, hoy presenta un estado de abandono y decadencia tan grande que con una lluvia chica ya impide el tránsito de camiones y autos de menor porte.
Pero si llueve como sucedió días atrás, algunos vehículos no pueden transitar incluso varios días después de las precipitaciones.
Desde nuestra entidad nos hacemos eco de las necesidades del sector productivo que son ya muy conocidas, pero este perjuicio va mucho más allá de la producción agropecuaria.
Estamos hablando de que en estas circunstancias quedan literalmente aislados los habitantes de todo el distrito Lucas respecto a la ciudad de Villaguay, lo que genera también atrasos en materia educativa, complicaciones en cuestiones de salud y demás aspectos, deteriorando la calidad de vida de los pobladores, y viendo así menospreciados sus derechos.
Es por esto que el abandono de un camino es el abandono de las personas que allí habitan.
La indignación de la gente en esa zona es tan grande que se habla de “tomada de pelo” al comentar que la ruta presenta trayectos en que sólo hay tierra negra, donde se hacen los peores pantanos; en otros trayectos el ripio fue reemplazado por broza que además de tener unas toscas que amenazan las cubiertas de los vehículos, al mojarse se hace muy resbalosa y peligrosa por ejemplo para motocicletas; otros trayectos han quedado encajonados de manera que cuando llueve copiosamente, el mismo camino se convierte en un verdadero arroyo de muchos metros de largo.
El hecho que se esté trabajando en la obra del camino asfaltado paralelo, no quita responsabilidad al Estado de mantener el camino que se transita actualmente.
Que una promesa no exima al Estado de su deber, ni pretenda ocultar a los ciudadanos sus derechos.
Nos preguntamos si algunos funcionarios habrán transitado este camino para ir a supervisar los lentos avances de la obra de plazo vencido, y así darse el gusto de disfrutar de esta travesía.
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