Farer pidió una condonación de impuestos para las zonas afectadas por la sequía
El presidente José Colombatto, en Feliciano –departamento en donde aún persiste la seca–, dijo que la emergencia agropecuaria no alcanza para nada. La política, reflexionó, “debe dejar de mirarse al ombligo por un rato y pensar de una vez por todas en todos los argentinos”. Danilo Lima
La sequía y la política fueron los ejes centrales del discurso que el presidente de la Federación de Asociación Rurales de Entre Ríos (Farer), José Ignacio Colombatto, pronunció durante el acto de inauguración de una nueva edición de la muestra anual de la Sociedad Rural de Feliciano, desarrollada el último fin de semana.
“Esta ciudad y esta Rural pueden ser olvidadas por algunos, pero dentro de nuestra entidad es una pieza clave, un mojón claro y firme de la producción entrerriana”, señaló el titular de Farer.
Colombatto, que en diciembre finalizará su segundo mandato al frente de la entidad, habló en Feliciano con tono de despedida, y como en cada exposición, efectuó críticas a la política en general.
“La política no ha aceptado los cuestionamientos que les hemos realizado en otras exposiciones. La política sigue sin darse por aludida. Y el caso de Feliciano es un caso testigo para recordar esa ausencia estatal y el divorcio con los pesares de los productores que hemos venido marcando”, señaló.
Recordó, en este sentido, que Feliciano aún sufre “las consecuencias funestas” de la sequía, mientras el Estado “ha permanecido ausente casi en su totalidad”.
En departamentos como Feliciano, remarcó, la producción agropecuaria “es neurálgica” para el desarrollo y el empleo. “Dejarlos a la buena de Dios es un pecado que se paga con productores fundidos, con familias que deben emigrar y con ciudades y pueblos que rompen el circuito económico”, enfatizó.
Casi el 70% del departamento Feliciano sigue sumergido en una sequía sin precedentes. “Y esta coyuntura especial y angustiante necesita remedios acordes a la problemática”, agregó Colombatto, dado que la declaración de emergencia agropecuaria “no alcanza para nada” sino que “hace falta una condonación total de los impuestos” para las zonas afectadas.
La emergencia agropecuaria, evaluó, es una “ley arcaica que no resuelve nada” y “las supuestas ayudas que pregona la ley son casi inexistentes y eso que ni siquiera hablamos de los engorrosos caminos para acceder a ellos”.
Colombatto, sin embargo, sostuvo que recibió “con beneplácito” la noticia de que “un diputado entrerriano (Pedro Galimberti) presentó una nueva iniciativa al respecto” en el Congreso de la Nación.
Caminos
El ruralista de Gualeguaychú, como todos en el campo, habló otra realidad que necesita atención estatal. “Las rutas 1 y 2 están destruidas. Hay promesas de licitación, pero hasta ahora los vecinos no tienen obras a la vista. Los días de lluvia, la ruta interprovincial 28 que va a Sauce queda completamente cortada”, observó.
“No es tanto lo que pedimos”
Colombatto, por último, repitió que los productores “no necesitamos tanto”, sólo que “nos dejen trabajar; que no nos ahoguen con impuestos; que no nos cambien las reglas del juego a mitad de camino; que algo de lo que nos sacan vuelva en obras; que haya leyes claras para producir. No es tanto lo que pedimos. Con trabajo, sentido común y empatía, se resuelve rápidamente. Pero para eso, la política deberá dejar de mirarse el ombligo por un rato y pensar de una vez por todas en todos los argentinos”.
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