La superficie implantada con maíz de primera en Entre Ríos superará las 400.000 hectáreas
Así lo indica la Bolsa de Cereales en su primera estimación, cuando el avance de la implantación se posiciona en el 21%. El aumento del área con relación al ciclo precedente, en consecuencia, sería del 2%. El clima jugará un papel clave dado que el maíz es el cultivo que más humedad necesita en el período crítico. Danilo Lima
Entre Ríos debiera ser, siempre lo decimos, un “mar de maíz”, dado que se trata de un cultivo clave desde el punto de vista agronómico, económico y social.
La conversión del grano en carne aviar, porcina y vacuna dinamiza la economía provincial y genera puestos de trabajo en las tres cadenas, mientras para el suelo –el principal recurso a conservar– resulta fundamental por el aporte de materia orgánica, entre otros beneficios. Sus raíces, remarcan los especialistas en el cultivo, facilitan la formación de poros y consolidan la estructura de los suelos mientras que sus rastrojos además de ser voluminosos perduran en la superficie por mayor tiempo que otros residuos de cosecha.
El maíz, en consecuencia, debiera ser el cultivo más sembrado en la provincia.
La Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en su primera estimación –cuando la siembra del grano ya está en marcha con un avance del 21%–, pronosticó que el área sembrada con maíz de primera en la comarca tendría un leve crecimiento del 2% respecto del ciclo agrícola precedente.
De confirmarse esta proyección, la superficie con maíz de primera superaría las 400.000 hectáreas, contra las 396.500 de la campaña 2020/21, y se convertiría en la más importante de, al menos, los últimos ocho años.
¿Influirá La Niña?
Hay, sin embargo, un “fantasma” en el horizonte que, acaso, podría modificar este optimista escenario inicial: la posible irrupción de La Niña, que comienzan a vaticinar algunos climatólogos, y ocasionaría menores lluvias.
Más allá de lo que suceda en los próximos meses, por ahora, los colaboradores del Sistema de Información Agrícola de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber) señalan que “la humedad en la cama de siembra se está convirtiendo en una limitante para la continuidad de las labores, fundamentalmente en lotes roturados o ‘movidos’”. Los sitios bajo siembra directa, en cambio, todavía presentan adecuados niveles de humedad.
Las lluvias de las últimas horas, tal vez, hayan mejorado un poco esta situación.
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