Los números del trigo 2024 vienen complicadísimos
A pocas semanas del inicio de la siembra, el panorama es desalentador en Entre Ríos. Estiman que en campo propio, aplicando una tecnología media, los costos trepan a unos 30 quintales, por lo que habrá que obtener muy buenos rendimientos para cubrir la inversión, y, eventualmente, tener rentabilidad. En campo arrendado, en cambio, los números dan en rojo y “salvar la plata” parece una quimera. Danilo Lima
Estamos en abril y ya muchos productores y asesores técnicos están planificando la campaña de trigo 2024/25 con el ojo puesto en los números dado que los valores de los insumos han aumentado de manera sustantiva mientras las cotizaciones del cereal no se han movido a la misma velocidad. Parafraseando a un ex presidente argentino puede decirse que los costos van por el ascensor y los precios por la escalera.
Ante esta realidad, la rentabilidad, en el mejor de los casos, está muy finita para aquellos productores que siembran en campo propio; los que trabajan en campos arrendados –la mayoría–, en cambio, tienen el agua a la altura de la nariz.
La Mesa de Enlace nacional, por esta razón, salió a reclamarle al Gobierno “una baja en los derechos de exportación que promovería y daría la previsibilidad que incentive la producción y en consecuencia la economía del país”. Está claro que la solicitud no tendrá respuesta positiva.
Números ajustados
El ingeniero agrónomo Daniel Dechanzi, responsable del Área Agrícola de la cooperativa La Ganadera, de General Ramírez, en diálogo con CÓDIGO CAMPO radio, confirmó que los números del trigo “son lamentablemente, ajustados”. Consignó, a manera de ejemplo, que “con una tecnología media, en campo propio, estamos hablando de unos 3.000 kilos de costos, lo que es bastante, si tenemos en cuenta que el rendimiento promedio del trigo en la provincia da ese número, entonces estamos ante una situación muy compleja”.
El panorama para los arrendatarios –el 70% de los productores trabaja en campos alquilados–, obviamente, es extremadamente más delicado, están en rojo, y deberán obtener rendimientos muy buenos –arriba de los 35 quintales, o más– para tener alguna rentabilidad, o, al menos, no perder plata.
Dechanzi estimó que los precios de los insumos tendrán un incremento “bastante importante” como ya se ha dado en los combustibles. “Si tenemos en cuenta que tanto la siembra como la cosecha se fijan en equivalente a litros de combustible, automáticamente se dispara el precio” y “lo mismo ocurre con las aplicaciones”.
En materia de fertilizantes, ejemplificó Dechanzi, “una tonelada de diamónico a granel está en alrededor de los 900/920 dólares, cuando en otros momentos estaba a 600 dólares” y algo similar sucede con la urea.
– ¿Qué se le recomienda al productor?
– Lo que le estamos sugiriendo al productor es elegir muy bien los lotes, más vale hacer menos cantidad, pero tratar de ser lo más eficiente posible en el momento de la elección del lote.
También tratar de negociar si hay alguna propuesta de futuro para tomar alguna posición como para ir asegurando un precio. Se está hablando de 195/200 dólares a diciembre, y, si tenemos en cuenta que hoy el disponible está a 172 dólares, el productor tendría que ir tomando posiciones. Si después llega a diciembre, y, digamos, tomó una posición a 200, y está a 230 perdió algo, pero no vaya a ser que después esté a 170 y pierda en esa ecuación.
– ¿Cuántas hectáreas estiman que se van a sembrar?
– Hasta el momento, por las consultas que estamos teniendo y lo que estamos hablando con los productores de las distintas zonas de influencia de la cooperativa, estimamos que el área se mantendría más o menos en la misma cantidad de hectáreas que en la campaña anterior.
– ¿Y cómo está la capacidad de las cooperativas para financiar al productor?
– Es un tema complejo, pero siempre desde las cooperativas se le trata de brindar asistencia al productor. Nosotros vemos permanentemente que en años complejos es cuando más se acerca el productor a la cooperativa. Cuando hay abundancia, cuando la situación económica cambia, por ahí, eligen otras alternativas de comercialización. Pero la cooperativa siempre, en ese sentido, trata de estar asistiendo al productor, al asociado, en todo lo que es el tema insumos, para que continúe en su actividad.
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