La importación de vacunas, en la mirada del presidente de Farer
Nicasio Tito dijo que los productores argentinos padecen el monopolio que conforman dos laboratorios. Valoró la apertura pero advirtió que antes de aplicar las dosis importadas, el Senasa debe, sobre la base de estudios técnicos, autorizar el uso de las vacunas bivalentes porque la normativa actual sólo habilita las tetravalentes. Código Campo
Nicasio Tito, el presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), valoró positivamente la decisión del Gobierno de nacional de importar vacunas contra la fiebre aftosa, fertilizantes y agroquímicos. “Las medidas son auspiciosas, muy buenas, muy positivas”, dijo, pero advirtió que habrá que ver cómo es la implementación efectiva porque, por ahora, “son anuncios”.
Tito, durante una entrevista con el programa ‘En El Dos Mil También, que conducen Antonio Tardelli, Juan Cruz Varela y Sebastián Martínez y se transmite por Radio Costa Paraná (88.1), remarcó que el tema de la vacuna contra la aftosa “es muy interesante” porque los productores ganaderos argentinos “padecen al existir un monopolio, o sea dos empresas –Biogénesis Bagó y CDV– que son las únicas vendedoras en la Argentina y manejan el precio, es como si hubiera sólo Coca y Pepsi”.
– ¿Cuánto cuesta una vacuna en la Argentina?
– El costo de la vacuna en la Argentina varía según cada una de las fundaciones que existen en las provincias y aun, en algunos casos como Córdoba y Buenos Aires, dentro de las provincias.
En Entre Ríos, la Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa (Fucofa) –integrada por Farer, Federación Agraria y la Federación Entrerriana de Cooperativas– negocia el precio con los laboratorios, y, después, a ese precio le suma los gastos operativos. Por eso el precio de la vacuna Entre Ríos está dentro de los más bajos de la Argentina, porque el valor fluctúa mucho: 1.900 pesos en Entre Ríos, 2.000/2.100 en Corrientes, 2.100/2.200 en Santa Fe, y en Córdoba varía entre 2.400 y 3.000 pesos por dosis, según la zona.
– ¿Por qué Entre Ríos consigue mejor precio?
– Por un buen trabajo que hace la fundación, creada hace más de 30 años ante la inacción, carencia o incapacidad del Senasa, el organismo sanitario, que no tenía la capacidad logística para llevar adelante tal tarea. Entonces se lo delegó a los privados y ahí se crea la fundación.
Un detalle no menor
Tito remarcó que la vacuna que se aplica en la Argentina es tetravalente, mientras en los países vecinos –Brasil, Paraguay y Uruguay– es bivalente.
Se trata de un dato no menor porque para poder aplicar en la Argentina una vacuna importada de un país que use una vacuna bivalente, el Senasa debe autorizarlo y para eso debe hacer una serie de estudios técnicos que habiliten el uso de la bivalente. “Por más que el Gobierno diga que va a importar, primero debe ordenarle al Senasa que haga la investigación de laboratorio y, si no hay riesgos, empiece a aceptar la vacuna bivalente”, subrayó el presidente de Farer, y agregó: “Por eso digo que, hasta el momento, la importación de vacunas es sólo un anuncio”.
– En Argentina, entonces, el precio de la vacuna es de unos 2 dólares, mientras en los países vecinos es bastante menos…
– Sí, es así, lamentablemente. Y es así cuando hay situación monopólica. Pasa eso en todas las cosas: las cubiertas en Argentina son más caras, los celulares en Argentina son más caros, todo es más caro que en los países vecinos.
Biogénesis Bagó fue el único laboratorio que bajó un 23% el precio de la vacuna en plena campaña de vacunación. Imagínense las ganancias de ellos, son muy grandes.
La apertura de la economía
– Esta apertura que permite la importación de vacunas, fertilizantes y agroquímicos que, en principio, permite una reducción de costos para el campo, ¿no resulta perjudicial para el resto de la economía?
– No. A todas luces es beneficiosa.
– Pero esto nos joroba y perjudica a las fuentes de trabajo…
– No, al contrario, porque pueden venir a instalarse otras empresas y vender aquí en la Argentina.
Si usted abre y deja que vengan a producir acá pueden venir más fábricas y esas fábricas van a necesitar mano de obra, empleados, por lo que se abre el juego para otros trabajadores, como ocurre en cualquier país normal del mundo.
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