Pino le reclamó a Milei la eliminación del arcaico impuesto llamado retenciones
Son un gravamen “distorsivo, discriminatorio y confiscatorio”, subrayó el presidente de la Sociedad de Rural Argentina al hablar en el acto de inauguración de la 136ª Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional. También pidió la unificación del tipo de cambio y el fin del cepo. Danilo Lima
Los reclamos centrales del campo, en el acto de inauguración de la 136ª Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional de la Sociedad Rural Argentina (SRA), fueron los de siempre en los últimos años: retenciones, tipo de cambio y cepo. La única diferencia es que el destinatario de esos reclamos, el presidente Javier Milei, estaba en el palco principal del histórico predio palermitano.
“Señor Presidente, usted sabe muy bien cuál es el problema fundamental del que estamos hablando. Los productores seguimos agobiados por los derechos de exportación –conocidos como las retenciones–, que tratan en forma desigual al campo, en comparación con los demás sectores económicos y productivos. Las retenciones son un impuesto distorsivo, discriminatorio y confiscatorio. Son un impuesto arcaico, aplicado intermitentemente en Argentina desde el siglo XIX, que saquea a los productores. Si se eliminara, surgiría la respuesta inmediata del aumento en la producción, en el empleo, y, en definitiva, en la recaudación de otros impuestos más equitativos”
“En cambio, lo que producen las retenciones es el desaliento y la desaparición del productor agropecuario. Señor Presidente: los productores necesitamos la certeza de que usted eliminará las retenciones. Si seguimos trabajando es porque confiamos en su palabra”, dijo Nicolás Pino, el presidente de la SRA.
El ruralista, además, señaló que “los diferentes tipos de cambio deben ser unificados así como debe ser eliminado el cepo cambiario. Y una cuestión no menos importante es la que todos conocemos como el problema del costo argentino”.
Pino admitió que las autoridades han hecho una serie de “movimientos positivos hacia políticas de Estado fundamentales, junto con la última actividad legislativa y los postulados del Pacto de Mayo: se han eliminado fideicomisos y restricciones a la importación y a la exportación, ha habido una apertura en el mercado, se han reducido aranceles, se ha prorrogado la quita de las retenciones al sector lácteo, y se ha eliminado la sobretasa en los préstamos financieros a los tenedores de soja. Estamos atentos a ver si esos movimientos positivos continúan y se siguen concretando en otras medidas de gobierno”.
El productor no liquida
Los productores del campo, remarcó Pino, “no somos magnates egoístas que, como a veces se dice, se sientan sobre la soja y no liquidan sus productos, especulando con las oscilaciones de su precio y despreciando las necesidades de divisas del país y las necesidades de alimentos de la población. El productor no es un especulador sino una persona eficiente en el manejo de lo que produce. ¿En qué rama de la actividad económica se liquida sin más la producción entera, que debe garantizar la vida de la empresa y su personal durante todo el año? Que no se llame especulación a lo que es, simplemente, sana y buena administración”,
Mensaje a la oposición
Para el titular de la SRA, los problemas del país “son tan profundos y manifiestos que no es importante si los servidores públicos son libertarios o socialistas, peronistas o radicales. Se trata de poner el hombro para que el edificio no se derrumbe. Dentro de esas reglas de juego, la oposición está llamada a aportar, marcar y corregir lo que considere incompleto o erróneo en el accionar del oficialismo. Lo que no debe hacer es oponerse porque sí, es decir, simplemente para obstruir las iniciativas oficiales, porque, de ese modo, se coloca también en contra de los ciudadanos mismos que la han votado”.
Las provincias
Pino, en otro orden, valoró “el objetivo de que el Gobierno nacional no utilice más la coparticipación como mecanismo político de premios o castigos a las provincias. Pero esto significa que los gobiernos provinciales ya no tienen la billetera del gobierno nacional para corregir problemas de su administración; cada gobierno provincial debe, en adelante, hacerse cargo de facilitar y estimular la actividad económica privada en su territorio. Se trata de funcionar autónoma y eficientemente: un paradigma fundamental, hasta ahora en desuso”.
“Los gobiernos provinciales tienen la obligación de asumir su responsabilidad: generar por sí mismos marcos de desarrollo e inversiones. Ante el repliegue de la Nación, es cada provincia la que debe ordenar sus cuentas públicas, combatir la ineficiencia y la corrupción, utilizar la creatividad para conseguir inversiones, y bajar los impuestos para estimular la producción y el comercio. El campo está a favor de ese cambio de enfoque. El país debe volver, en la práctica, a ser federal. Y, en cada provincia, la alianza clave debe ser el acuerdo entre el gobierno provincial y los productores de su territorio”.
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