Desde el norte abandonado advirtieron que la garrapata golpea fuerte a la ganadería
Juan Alfredo Morante, el presidente de la Sociedad Rural de Feliciano, dijo que la situación sanitaria en el departamento “se agravó por la gran mortandad de animales” que ha producido la tristeza bovina. “Más del 30 % de nuestro rodeo de vacas ha desaparecido”, remarcó. Expresó su preocupación por el estado de los accesos por las rutas 1, 2 y 28, que “están destruidas”. La esperanza en el gobierno de Milei. Danilo Lima
Hace un año, desde la tribuna de la Sociedad Rural de Feliciano, el presidente de la entidad, Juan Alfredo Morante, remarcaba los problemas que la sequía y la garrapata causaban en la producción ganadera del norte provincial. Este sábado, desde la misma tribuna, durante el acto de inauguración de la 79ª Exposición de la Rural felicianera, Morante volvió a referirse a la garrapata y alertó que la situación “se agravó por la gran mortandad de animales” que ha producido la tristeza bovina, al punto que, enfatizó, “más del 30 % de nuestro rodeo de vacas ha desaparecido”.
“No me cansaré de repetir que, como productores, debemos insistir y trabajar para terminar con este parásito, que no es imposible” y porque “no podemos permitirnos pensar en convivir” con la garrapata.
Apoyo
Morante, en otro orden, reconoció que la administración del gobernador Rogelio Frigerio “ha dado una muestra de apoyo enorme” al campo al nombrar en el área de Producción “a hombres que vienen directamente de nuestro sector, que son productores y conocen la problemática que le planteamos. Ojalá pronto los productores vean el fruto de su trabajo”.
Los caminos
Con respecto a los caminos rurales, Morante ponderó el hecho de que en el departamento Feliciano “Vialidad está trabajando bien en el ensanche, reposición de ripio y limpieza” aunque “por supuesto que hace falta mucha inversión para que la producción pueda salir de los campos”.
El ruralista, sin embargo, dijo que “nos preocupa muchísimo” la situación de los accesos principales: rutas 1, 2 y 28, que “están destruidas”. Hoy, subrayó, Feliciano “está aislado” y “no podemos decir más que somos el norte olvidado porque, desde hace mucho tiempo, por el estado de las rutas, somos el norte abandonado”.
“Sabemos que la situación nacional y provincial no permite pensar que en el corto plazo se harán nuevas, pero no podemos dejar de reclamar e insistir sobre esta situación, porque sin rutas estamos condenados al aislamiento y la miseria”, manifestó. Agregó, en este sentido, que “lo más preocupante es que a pesar de los reiterados reclamos, llevados adelante incluso por los legisladores y el intendente (Damián Arévalo), no se haya logrado señalizar los baches y pozos, para que no tengamos que seguir sufriendo constantes pérdidas materiales”. Las banquinas, apuntó, “son trampas mortales por estar de 30 a 40 centìmetros por debajo de la cinta asfáltica, sobre todo en la ruta 1”, de San Víctor a La Paz. “De milagro no hemos tenido pérdidas humanas”, dijo.
La seguridad rural
Con respecto a la seguridad rural, Morante señaló que “acompañamos las iniciativas del plan Campo Seguro”, pero advirtió que sin recursos “es imposible lograr que resultados”. La brigada de Feliciano, comentó, “recibe 30.000 pesos por mes para combustible” y “si no fuera por el aporte que hacemos desde la institución y de varios productores, los tres vehículos no podrían moverse más de medio día en todo el mes”.
Entre la decadencia y la esperanza
Ya en el plano nacional, el presidente de la Rural felicianera reflexionó que su generación y la que la antecedió “ha vivido y padecido la decadencia” de la Argentina. “Somos testigos vivenciales del desmadre que han hecho, y cuando parece que tocamos fondo y que la capacidad de asombro ya fue colmada, algo nuevo aparece. Los últimos acontecimientos, de público conocimiento, protagonizados desde la más alta investidura de la Nación superan a la mejor ficción”, remarcó.
Al referirse a la administración del presidente Javier Milei, Morante recordó que su gobierno “irrumpió sin estructuras ni aparatos, impulsado mayoritariamente por los jóvenes y los descontentos con las estructuras tradicionales, hartos de todo lo descripto. Hoy nos encontramos esperanzados, algo nuevo apareció después de tanta devastación”.
Esa esperanza, argumentó, se basa en “el rumbo económico propuesto, el apoyo al sector privado para beneficiar la producción y las exportaciones, la eliminación de trabas, tasas y cargas impositivas superpuestas que imposibilitan trabajar y producir”. Pero el apoyo “debe ser contributivo, con ideas y con planteos serios, no un apoyo obsecuente”, advirtió.
Reclamó, como era de esperar, por la eliminación de las retenciones que “han esquilmado a los productores como en ningún lugar en el mundo se ha hecho, y, lo más triste, es que estos inmensos recursos se dilapidaron Hoy no los vemos en infraestructura, educación, salud, ni se utilizó para erradicar la terrible pobreza en la que gran parte de la población está inmersa”.
En lo que definió como “nueva etapa” de la Argentina, Morante sostuvo que “nuestro sector tiene y debe aportar para despegar, para ello debemos avanzar en sistemas serios de identificación –el de hoy es un mamarracho–, en lograr una nueva tipificación de nuestras carnes, y en enfocarnos en producir para exportar, porque el mundo debe ser nuestro norte”.
Un mensaje a los dirigentes y productores
En otro momento de su discurso, Morante mandó un mensaje a sus pares dirigentes. “Debemos mejorar la forma de hacer gremialismo, debemos trabajar por una dirigencia profesionalizada, con apoyo técnico, político y con recursos, para poder dedicarse en forma exclusiva a representar al sector más dinámico del país”, propuso, e instó a trabajar “para lograr tener peso en las cámaras legislativas”.
“Necesitamos también de productores comprometidos y participativos de los destinos de sus entidades. Dedicar tiempo a una entidad como la nuestra, necesita de mucha generosidad, mucho apego, porque hay que resignar tiempo del trabajo y de la familia, hay dificultades, criticas y mezquindades, las que siempre van a existir, no por ello hay que claudicar. Hay que ponerse la camiseta de la rural”, exhortó.
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