Las intervenciones en los mercados de granos y carnes seguirán latentes
El ministro Julián Domínguez definió como “bienes culturales” a la producción de trigo, maíz y carne, y dijo que “nuestro deber es administrar con responsabilidad e inteligencia los saldos exportables”. Desde el campo salieron a cruzarlo. Código Campo
El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, señaló que el trigo, el maíz y la carne son considerados “bienes culturales argentinos” y “están en el centro de nuestras tradiciones”. Por lo tanto, remarcó, “nuestra obligación es cuidar el interés general y la seguridad alimentaria de los argentinos, por eso, nuestro deber es administrar con responsabilidad e inteligencia los saldos exportables de nuestra Nación”. En otras palabras: el Gobierno continuará con su política intervencionista en el caso de considerarlo necesario.
Domínguez expresó estos conceptos durante el acto de presentación del proyecto de ley del Régimen de Fomento al Desarrollo Agrobioindustrial, que encabezaron el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Kirchner.
El objetivo de la iniciativa es intensificar el desarrollo de esa cadena a partir de la promoción de nuevas inversiones, la creación de 700 mil puestos de trabajo y la incorporación de tecnologías de última generación.
El ministro subrayó que la propuesta “encarna la participación de todos los intereses de la cadena agroindustrial, por lo que celebro que se organice detrás de un proyecto común”.
La iniciativa, en teoría, busca alcanzar la meta de 200 millones de toneladas de producción de cereales, oleaginosas y legumbres, y tiene además el objetivo específico de incrementar las exportaciones de bienes y servicios agrobioindustriales para llegar a los 100 millones de dólares en 2030.
Promueve, asimismo, nuevas inversiones con agregado de valor en origen para alcanzar un desarrollo sostenible que contribuya a la reducción de la pobreza y la desigualdad, y que genere estímulos fiscales para mejorar los rendimientos en el sector.
Reacción
Las palabras de Domínguez, como era de prever, generaron la reacción del sector agropecuario y la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) fue la primera entidad en rechazarlas.
Considerar “bienes culturales” a la producción de maíz, trigo y carne, y “administrar con inteligencia los saldos exportables”, para Carbap, es “seguir dejando sujetas a controles las exportaciones de dichos productos”.
“El accionar intervencionista y de imprevisibilidad que plantearon los anuncios se contrapone con cualquier intención de inversión, tal como proclamo necesarias el señor ministro para poder potencializar el sector”, cuestionó la entidad.
Mientras, para el director por Entre Róos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Juan Diego Etchevehere, los dichos de Domínguez “fueron desacertados” porque “está disfrazando con calificaciones culturales sus intenciones de aumentar restricciones y regulaciones a la carne, el trigo y el maíz. Queda a la vista que un cambio de nombres no significa un cambio de política”.
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