¿Políticas públicas o espejitos de colores?
Por Fundación Barbechando
Los argentinos necesitamos un cambio de actitud, romper con el paradigma que nos asfixia de hacer difícil lo fácil. Los distintos actores de esta triste realidad tenemos la obligación impostergable de construir una Argentina con futuro, esperanza, desarrollo, con la descomunal tarea de sacar de la pobreza a un 50 % de nuestros compatriotas.
El proyecto de Ley del Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial Federal, Inclusivo, Sustentable y Exportador, no generará los objetivos expresados.
No es federal: se aplica directamente a impuestos coparticipables empobreciendo más aún a las provincias disminuyendo sus recursos. Los derechos de exportación, que no se coparticipan, generan un enorme daño a la Argentina federal.
No es inclusivo: el 80% de los productores son minipymes y pymes a las que les sería casi imposible hacer los trámites que le permitan acceder al beneficio. Es más fácil mejorar sus precios quitándole derechos de exportación que someterlos a mas trámites para devolverles algo que sabemos que el Estado nunca devolverá.
No es sustentable: un plan a cuatro años lo hace coyuntural y hasta electoralista, pero no sustentable.
No es exportador: el único camino del incentivo exportador es trabajar en un plan para eliminar los derechos de exportación. Esto ya está demostrado, no querer verlo es no querer exportar y no querer exportar es seguir socavando las fuentes genuinas de inversión y empleo.
¡Estamos desconcertados! El mismo día que se presenta una ley para fomentar las exportaciones, se tienen las exportaciones de carne semicerradas, los derechos de exportación en su límite máximo, se define que la carne, el maíz y el trigo son un bien público cultural, se manifiesta la necesidad de regular exportaciones.
Es más confuso aún, cuando el Poder Ejecutivo solicita al Congreso, en la Ley de Presupuesto de hace un mes, ampliar las facultades delegadas para el manejo discrecional de los derechos de exportación. Todo esto es al menos esquizofrénico.
El sistema productivo argentino necesita políticas públicas para los próximos 50 años, donde el camino es sin duda el trabajo en conjunto y la generación de consensos que nos permitan reconstruir un país devastado.
El Congreso de la Nación es el ámbito para que los argentinos generemos las políticas públicas que nos permitan dejar en la historia el camino de la pobreza, las frustraciones y los fracasos; estamos a disposición para contribuir a ello.
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