Cepo a los anuncios
Por Danilo Lima (*)
Jorge Solmi, el secretario de Agricultura de la Nación, es decir el N° 2 de esa cartera, fue el encargado de informar que la anunciada flexibilización de las exportaciones de carne vacuna –básicamente de la vaca conserva, de manufactura o china, como se la quiera llamar– no será tal.
Aquel anuncio del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jorge Domínguez, finalmente, como sospechaban muchos productores, no se producirá. O no se producirá, al menos, como el mismo Gobierno lo había prometido.
Aquel anuncio que formuló Domínguez ni bien asumió, rodeado por gobernadores –Gustavo Bordet, entre ellos– y dirigentes agropecuarios (foto), con bombos y platillos como tanto gusta al oficialismo, murió antes de nacer porque jamás se publicó en el Boletín Oficial, y, por los tanto, nunca entró en vigencia. Fue un anuncio nonato. Y el anunció murió.
El Gobierno decidió que el volumen de carne de vaca conserva que se exporta a China se distribuirá en partes iguales entre los frigoríficos con habilitación para exportar a dicho destino, pero será limitado dado que sólo se permitirá la faena de 140.000 cabezas.
La resolución, según prometió Solmi, se publicará en los próximos días y allí se conocerá la letra chica. El funcionario convocó para el martes a la mesa técnica de la cadena para explicar los detalles, según supo este portal.
Hasta hora lo que se sabe, concretamente, es lo siguiente:
- La reapertura de las exportaciones de vaca conserva a China sólo incluirá a la carne de las vacas viejas. El Gobierno cree que son unas 140.000.
- Para la determinación de cuántas toneladas se podrán exportar, el Gobierno dividirá esas 140.000 vacas por 6.5 –un coeficiente que no se sabe bien de dónde sale– lo que da un resultado de poco más de 21.500 toneladas que se repartirán entre las plantas habilitadas para exportar a China.
Todo lo demás está por verse.
La vaca china, vale recordarlo nuevamente, es una categoría que los argentinos no consumen porque su carne no les gusta debido a que está muy lejos de la terneza a la que está habituado el paladar criollo. Jamás estará, entonces, en la mesa de los argentinos que el oficialismo dice defender. Mantener las restricciones a esa categoría es completamente inútil para controlar los precios de la carne en los mostradores y las góndolas.
Históricamente los frigoríficos argentinos compraron la vaca conserva para la elaboración de corned beef (carne enlatada), y Rusia, por ejemplo, la importaba para hacer chacinados, hamburguesas y otro tipo de subproductos.
En los últimos años, sin embargo, con la irrupción de China como jugador central en el mercado internacional de carnes, la vaca conserva encontró un muy buen destino para ser colocada y, consecuentemente, una mejora de sus precios.
La venta de la vaca conserva a China permitía, sobre todo a los productores más pequeños, comprar vaquillas de reposición. Por esa razón la liberación de las exportaciones para esta categoría era reclamada hasta por dirigentes de izquierda reales –no ficticios como los kirchneristas–, precisamente, porque les posibilitaba el ingreso de dinero para reponer sus reducidos rodeos.
En definitiva, lo único que genera este nuevo anuncio –que le pone un cepo al anuncio anterior– es incrementar enormemente el malestar de los dirigentes agropecuarios y, sobre todo, de los productores.
En este marco, es probable que los presidentes de la Mesa de Enlace supieran o sospecharan algo antes de que Solmi blanqueara estas novedades en declaraciones radiales, y, acaso por ello, Jorge Chemes, el titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), al hablar en el acto de inauguración de la exposición de la Sociedad Rural de Chajarí, ayer, advirtiera que “estamos siendo usados”.
Ayer nomás, también, el titular de la Rural chajariense, Héctor Reniero, en declaraciones a CÓDIGO CAMPO radio, había remarcado que “no les creemos porque está gente es muy mentirosa, está acostumbrada a prometernos una cosa y al rato hacer otra cosa”.
Los productores, evidentemente, cada vez tienen más razones para no creerles.
(*) Editor y conductor de Código Campo.
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