Políticas para la carne: barajar y dar de nuevo
Por Leonardo Rafael (*)
En las últimas semanas, la agenda mediática del sector agroindustrial fue monopolizada por las negociaciones para liberar el cupo de la vaca con destino a China. Luego de una serie de reuniones de carácter técnico y político entre el sector ganadero y el Gobierno, el Ministerio de Agricultura oficializó lo prometido al sector y liberó la faena para esta categoría. Es una decisión que puede no conformar a toda la cadena, pero es un punto de partida para empezar a clarificar el camino. Con este tema cerrado –al menos por ahora–existen una serie de cuestiones vinculadas al consumo doméstico que queremos visibilizar.
Con respecto a la reedición de Precios Populares para carne vacuna, que en medio de la vorágine pasó algo desapercibido, queremos recordar el ofrecimiento que en su momento realizamos al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y que reiteramos a los funcionarios de Agricultura: el sector de matarifes pone a disposición su infraestructura, logística y know how para llegar con estos cortes a las carnicerías del Gran Buenos Aires, y, de esta manera, extender el alcance del programa.
Desde la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), que representa al 80% del abastecimiento de carne en el consumo interno, aspiramos a que las políticas públicas nos permitan expresar cabalmente el potencial del sector de la carne. Nuestra prioridad es atender la problemática del mercado interno, para que funcione armónicamente con los desafíos de la exportación y la cadena de las carnes en su conjunto.
Tradicionalmente, se enfoca la cuestión de las carnes desde una mirada que pone foco en la producción y las exportaciones, abordando los temas más urgentes desde esa óptica, desconociendo que la mayor parte de los problemas, y, por lo tanto, las soluciones, están en el consumo interno.
Uno de los temas que nos preocupa es la creciente informalidad en el sector minorista, en especial los carniceros que al no estar registrados impiden el normal funcionamiento del resto de la cadena. En este punto, hemos propuesto a las autoridades modificaciones en el régimen impositivo, que podrían aportar soluciones concretas.
Con respecto a las matrículas, entendemos que se debe revisar su actual sistema de otorgamiento, porque vemos que esta situación alienta la informalidad y el crecimiento de los falsos operadores.
Un tercer punto de esta agenda es el cuarteo de la media res. Consideramos que se debe prorrogar su implementación en el mercado interno, al menos que no se tenga la seguridad de que las plantas frigoríficas del consumo hayan adecuado sus instalaciones y la logística del transporte.
Caso contrario, esta medida se convertirá en una nueva barrera de exclusión y concentración en beneficio de la marginalidad, profundizando el doble estándar impositivo, laboral y sanitario, llevando al fracaso una buena iniciativa en el camino de la modernización del comercio de carnes.
(*) Presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya)
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