A 65 años de la creación del INTA
Por Guillermo Vicente (*)
Entre Ríos es una provincia que puede seguir incrementando su producción agropecuaria, pero a tasas superiores que las de su crecimiento poblacional, dentro de un marco de desarrollo sustentable. Esto implica la generación de alimentos y materias primas de calidad comprobada y reconocida, a través de empresas sustentables, con una amplia variedad de sistemas de producción, productos, subproductos e insumos para la economía local, regional e internacional, y dando lugar a un incremento en el Producto Bruto Interno entrerriano de manera sostenida a lo largo de las próximas décadas.
Esto es posible combinando y aprovechando las distintas producciones provinciales, la diversificada demanda de sus productos y subproductos, con un cuidado cada vez mayor del ambiente, la generación de empleo de calidad y valor creciente y, al mismo tiempo, de divisas para la provincia.
Los desafíos para lograrlo son tres:
1) Tecnologías y diseño de sistemas productivos a la vanguardia de la producción y el cuidado del ambiente, con clara valoración del impacto.
2) Una sociedad cohesionada en pos de una visión conjunta, clara y de largo plazo.
3) Legislación que combine los aspectos empresariales, tecnológicos y ambientales con visión de desarrollo sustentable.
Este 4 de diciembre, a los 65 años de la creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), estos desafíos están muy presentes en Entre Ríos.
Es así que el Centro Regional Entre Ríos del INTA se propuso en su Plan Estratégico 2025 que, a través de sus tres estaciones experimentales y 18 agencias de extensión, los productores de toda la provincia puedan disponer de tecnologías con información objetiva sobre su impacto, y que se priorice el desarrollo de nuevas tecnologías y alternativas de producción con información comprobada respecto a su resultado e impacto en un marco de sustentabilidad.
La utilidad de la acción del INTA en Entre Ríos está puesta en que la información generada sea aprovechada por productores, legisladores, miembros de Ejecutivo, empresas y organizaciones vinculadas al sector agropecuario, para tomar mejores decisiones, dando confiabilidad y mayor certidumbre.
Para ello, se priorizaron las principales cadenas de valor de la provincia, respecto a su impacto económico y social; también, se identificaron, junto a los consejos asesores y directivos, los principales problemas de dichas cadenas, poniendo de relieve las oportunidades territoriales y el impacto, tomando la sustentabilidad como eje de largo plazo, y entendiendo que la producción agropecuaria la llevan adelante una variada cantidad y tipos de empresas en toda la provincia.
Se han podido identificar como problemáticas las grandes brechas tecnológicas que existen en la provincia, los aspectos ambientales asociados a la producción y relacionados con el suelo y el agua; también, las bondades de buenas prácticas productivas, como modelos que garanticen el aprovechamiento de los recursos naturales de una manera sustentable y, al mismo tiempo, den seguridad en la producción de alimentos a la sociedad. También se ha puesto el énfasis en la interacción entre los distintos modelos productivos, donde la agricultura y la ganadería aparecen con enorme posibilidad de sinergia en Entre Ríos, a través del aprovechamiento de los residuos, coproductos, y subproductos.
El Centro Regional Entre Ríos está presente con acciones en el territorio, con un fuerte énfasis en el trabajo mancomunado con las distintas instituciones. Con el fin de reforzar esta estrategia, se han instalado en cada una de las tres experimentales de la provincia, Plataformas de Innovación Territorial. Esto permite estructurar la articulación, tomando los problemas desde una perspectiva que genere soluciones más integrales, junto con las instituciones con quienes se comparte el propósito de potenciar y lograr el desarrollo de capacidades territoriales.
(*) Ingeniero agrónomo. Director del Centro Regional Entre Ríos del INTA
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