El Presidente recurre otra vez a las mismas recetas
Por Jacinto J. Debali (*)
Ni los subsidios ni los controles de precios sirven para resolver un problema que es monetario. La inflación deprecia el valor de la moneda, es decir nuestro dinero cada día vale menos.
Los productores no saldríamos a protestar si estas medidas realmente tuvieran un efecto sobre la inflación y eso aliviara la situación de muchas personas que no llegan a fin de mes porque la inflación les diluye su plata.
Ninguna de todas las medidas que toma el Gobierno combate el problema de la inflación. Ésta se resuelve con medidas que alienten la inversión, que recuperen la confianza, y, se recupera también, bajando el gasto público. Pero estamos lejos de tener inversiones, porque los empresarios que tienen el dinero para hacerlas, desconfían de este Gobierno, y con justa razón. Por lo tanto, no vendrá de ahí la solución, tampoco veo factible que bajen el gasto público, seguimos con subsidios a la energía, a los combustibles y a los alimentos, entre otros. Y seguimos con un aparato estatal enorme, con miles de empleados innecesarios. Que, claro, no pueden pasar al sector privado porque faltan esas inversiones.
¿Y de dónde piensan sacar el dinero para seguir viviendo y pagando sueldos, jubilaciones y planes sociales? Durante los dos primeros años de Alberto Fernández lo imprimieron, porque nadie en el mundo nos prestaba. Eso fue uno de los grandes disparadores de la inflación y hoy estamos pagando las consecuencias. Ahora con el acuerdo con el FMI no pueden imprimir más. Y siguen sin prestarnos. Por lo tanto, salen a buscar quién se los dé. Obvio por la fuerza.
Una vez más recurren al sector agropecuario, y, repito, no sería una dificultad si eso resolviese el problema de la inflación. Pero no lo resuelve.
¿No será, entonces, que la inflación es un negocio para el Gobierno, y claramente no lo quiere resolver?
Es decir que lo que el Gobierno quiere es que haya consumo de la canasta básica, subsidiando esos productos con dinero del sector privado. El viernes anunciaron la creación de un “fondo estabilizador del trigo” para subsidiar la bolsa de 25 kg de harina y la plata para subsidiar ese fondo saldrá del aumento de retenciones a subproductos de la soja, harina y aceites. ¿Se entiende, no? Pan barato a costa de la industria aceitera y por ende de los productores de trigo.
El Gobierno no pone nada, le provoca un gran daño a la industria y al sector primario y el problema no se soluciona.
La inflación permite cerrar el desequilibrio fiscal, infla los ingresos (IVA, Ganancias, Ingresos Brutos, etc.) y licua gastos corrientes (jubilaciones y salarios).
En inflación todos tratamos de desprendernos de los pesos, comprando bienes o pagando servicios, o comprando dólares. Es decir, estos mecanismos reducen la cantidad de pesos demandados y la forma de mantener la misma recaudación es subir las alícuotas con más inflación.
Negocio para el Gobierno, pero muy perverso para todos los argentinos.
El sector agropecuario ve muy difícil ganar algo con este Gobierno. Pero tiene que dejar de perder. El campo demostrará que está dispuesto a eso. Enfrentaremos todas las medidas que afecten al sector. Porque de ellos depende el futuro de este país.
(*) Presidente de la Sociedad Rural de Gualeguay
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