Paradigmas de la agricultura sustentable: lo convencional, lo alternativo y la ciencia
El encuentro de Aapresid “Siempre vivo, siempre diverso” comenzó con grandes temas, la sustentabilidad y la fisiología de cultivos. Código Campo
Para dar inicio al Congreso Aapresid 2021, en un estudio en vivo desde la ciudad de Rosario, Paola Díaz (Regional Aapresid Río Segundo) y Rafael Baldiña (Regional Aapresid La Pampa), presentaron desde la virtualidad a un panel de lujo, Víctor Sadras (especialista en ecofisiología de cultivos SADRI, Australia) y a Daniel Calderini (Profesor Titular del Inst. de Prod. y Sanidad Vegetal de la UACh).
Sadras.
Para introducir el tema de sustentabilidad, Víctor Sadras habló de los retos globales que enfrenta la agricultura en las próximas tres décadas, y nombró el orden de jerarquías que estableció Fischer Connor. Primero aparece el desafío de producir alimentos, en cantidad, calidad y accesibles, para abastecer fundamentalmente a los más vulnerables. Le sigue la rentabilidad de la producción, poniendo en evidencia el costo de oportunidad que se le presenta a los agricultores. Después nombró la sociedad en general, y la demanda hacia los agricultores por una producción menos contaminante y más sustentable.
El cuarto punto corresponde a las comunidades rurales, cada vez más reducidas por la migración de sus residentes a la gran ciudad. El último desafío es mantener la biodiversidad. Si bien el orden puede ser arbitrario, Sadras subrayó la importancia de establecer un ranking porque permite particionar recursos limitados. Frente al contexto puntualizado, el especialista planteó el concepto de sustentabilidad en términos de antígeno y anticuerpo, considerando que cualquier cosa lo puede comprometer “la sustentabilidad no es estática, evoluciona”, resaltó. Planteó la necesidad de definir la sustentabilidad en términos operacionales: “Hay que pasar de la sustentabilidad de escritorio a la real, hay que establecer indicadores, datos y cuando hay consenso se pasa a quién es el responsable y paga por ello. El peso de la sustentabilidad no debe quedar en los productores”, indicó.
Para citar un ejemplo, habló de la carne, donde la rentabilidad económica se ve comprometida por las decisiones que toman los gobiernos para el acceso a los mercados comprometiendo la sustentabilidad.
Después se refirió a la “danza” entre lo convencional y alternativo. Para explicar el dinamismo de los dos conceptos habló del papel central que tenían en el pasado las labranzas, donde el suelo era refinado y expuesto a erosión y otros procesos de degradación, “era lo convencional y la labranza reducida era lo alternativo”. Hoy en Argentina el 86% de la superficie se realiza bajo siembra directa, lo que antes era alternativo pasó a ser convencional.
En términos de sustentabilidad, pasar de un sistema A o B no es útil, una aproximación más provechosa es proceder de manera agnóstica, y no entrar en polémicas si es agroecológico, transgénico, etc. Para reforzar esa idea del agnosticismo, expresó que no hay soluciones óptimas en la agricultura, es un sistema complejo en el que interactúan plantas, animales, microorganismos que han evolucionado, con lo cual, no permiten optimización. “Las decisiones de los agricultores pueden optimizarse en el papel, pero no en el mundo real, si nos basamos en un modelo específico de agricultura estamos restringiendo el panorama”, concluyó.
Calderini
En la segunda parte del panel, Daniel Calderini habló sobre la perspectiva de la fisiología de cultivos trabajando en otros niveles de organización.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los programas de mejoramiento es aumentar el rendimiento de cultivos de grano. Para ello, Calderini lo analizó desde sus componentes numéricos, siendo el resultado de la multiplicación entre el número de granos por m2 y el peso de los granos, y explicó cómo éstos se definen en el ciclo del cultivo. El ecofisiólogo compartió el trabajo que viene realizando para potenciar el número y peso de los granos, considerando que el incremento de uno no reduzca el otro “trade off”. Tras varias investigaciones, identificaron en trigo y girasol que las proteínas expansinas constituyen uno de los reguladores importantes del peso de los granos “Las expansinas son los agentes primarios en el ablandamiento de la pared celular. Estas proteínas rompen las uniones débiles entre las microfibrillas de celulosa y hemicelulosa. Desde la perspectiva de la fisiología, podían tener que ver con el crecimiento de los granos. El peso final de los granos de los carpelos o de los ovarios está relacionado”, puntualizó.
Según Calderini, estos resultados preliminares podrían ser muy útiles para el desarrollo de variedades que sobreexpresen expansinas en semillas, apuntando a obtener granos de mayor tamaño y peso, impactando positivamente sobre la productividad agrícola, respondiendo a la necesidad de incrementar el rendimiento de los cultivos sin impactos negativos sobre el ambiente “Todavía hay herramientas para construir sistemas estables y sustentables”, concluyó investigador.
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